Joaquín Lima

El cohousing, un modelo de convivencia que vino de Europa para quedarse

El autor expone que el cohousing Olivar Plaza, previsto en Gines, avanza con la reciente licitación de las obras y sigue captando socios para lograr el número necesario iniciar la construcción

Fachada del edificio diseñado para el cohousing sevillano Olivar Plaza.
Fachada del edificio diseñado para el cohousing sevillano Olivar Plaza. / Oivar Plaza

15 de julio 2022 - 05:00

Es frecuente que grupos de amigos bien avenidos se planteen organizarse para vivir juntos el día de mañana, aunque desarrollar un proyecto de viviendas colaborativas o cohousing es una empresa compleja.

Cohousing es el nombre de un modelo de convivencia colaborativa desarrollado generalmente por mayores de 50 años, que se ponen de acuerdo para vivir en espacios comunes, manteniendo la independencia en sus propias casas. Esto les permite mantener el equilibrio entre lo común y lo privado, creando una comunidad vecinal autogestionada, con vínculos que se aproximan a lo que sería una familia elegida, formada por personas sin relación de parentesco, que se quieren, valoran y ayudan mutuamente cuando lo necesitan.

En esta forma de vida es necesario tener en cuenta dos cuestiones fundamentales: la convivencial dentro de un grupo afín y en un espacio común y la asistencial, especialmente en cohousing senior pensados para que sus residentes puedan permanecer en este durante toda su vida, recibiendo los cuidados que requieran en cada momento, sin necesidad de trasladarse a otro tipo de institución por razones de dependencia.

En este sentido, el espacio físico juega un papel muy importante. Debe proyectarse teniendo en cuenta no solo los aspectos arquitectónicos sino otros como facilitar la convivencia y las relaciones entre los residentes y de estos con el exterior; y por otro lado, la accesibilidad, la realización de actividades promotoras y el envejecimiento activo y la oferta de cuidados a personas dependientes.

Este modelo de convivencia tiene innumerables ventajas a nivel colectivo e individual. Así, permite optimizar bienes y servicios que pueden ser compartidos, economizando recursos, reduciendo gastos, generando nuevo modelo social, económico y ecológico, en el que son fundamentales el interés del grupo, la ausencia de lucro y el cuidado del medio ambiente.

A nivel individual, fomenta la integración social, la participación, la colaboración, la solidaridad, el entretenimiento, la creatividad, y lo que es más importante, la toma de decisiones compartidas, y el sentido de pertenencia, contribuyendo además a evitar la soledad no deseada, que se convierte en fuente de sufrimiento, limita el derecho de participación social y tiene consecuencias negativas como deterioro cognitivo, pérdida de memoria, depresión, ansiedad, problemas cardiovasculares, consumo de sustancias, etc.

Este modelo tiene sus orígenes en Dinamarca donde, en los años 60, surgen los primeros grupos que conviven en un conjunto residencial. Posteriormente se fue extendiendo por el norte de Europa, Estados Unidos, Canadá, Argentina o Uruguay.

En España, el primer cohousing, Residencial Santa Clara, se inaugura Málaga en 2001. Le siguen Travensol, Residencial Puerto de la Luz, Convivir, Profuturo, Antequera 51, La Borda o Entrepatios.

El crecimiento en España está siendo exponencial. Andalucía es una de las comunidades con mayor número de cohousing. Hemos constituido la asociación de cohousing senior de Andalucía (SECOAND), con el propósito de defender los intereses generales de los cohousing asociados, representarlos ante las Administraciones Públicas y reclamar las ayudas necesarias para el desarrollo de sus objetivos.

Desarrollar un proyecto de cohousing no está exento de dificultades. Este camino se inicia con un número reducido de personas que constituyen una cooperativa, la fórmula jurídica más recomendada. El siguiente paso es conseguir un terreno adecuado mientras va aumentando el número de miembros hasta llegar al deseado. Facilita la autogestión que no sean más de 30 o 35 viviendas. La creación de grupo requiere generar vínculos y establecer la filosofía del proyecto (misión, visión y valores). Simultáneamente se va desarrollando el proyecto arquitectónico y el plan de viabilidad, solicitando los permisos municipales previos a la construcción.

Este es el caso de Olivar Plaza (https://olivarplaza.es), que se está desarrollado en Gines por Cuslar, cooperativa constituida en 2018 por un grupo de amigos. Actualmente disponemos de un terreno, propiedad de la cooperativa, bien situado y de dimensiones adecuadas y rodeado de servicios. Un proyecto arquitectónico para 35 apartamentos con amplias zonas comunes y jardines, creado con las aportaciones de todos y bajo la dirección de Albalá & Cordero. Tenemos los permisos y el apoyo municipal, hemos puesto en común la misión, visión y valores de nuestro cohousing, elaborado el plan de viabilidad y seguimos captando personas socias para llegar al número necesario para iniciar la construcción.

En los últimos meses hemos procedido a licitar las obras, aunque somos conscientes de que quizás sea conveniente esperar un poco, dado el aumento en el precio de las materias primas, la energía y el transporte.

Celebramos la aprobación del Plan Estatal para el acceso a la vivienda (2022-2025), que por primera vez incluye un programa de fomento de alojamientos temporales, de modelos cohousing, de viviendas intergeneracionales y modalidades similares y del proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE) que incluye a la economía social y de los cuidados para desarrollar e impulsar servicios avanzados en el ámbito de los cuidados, accesibles y centrados en las personas.

Todo esto puede suponer una gran ayuda para seguir avanzando en proyectos que requieren de una inversión inicial importante para la construcción del edificio, a cambio de conseguir costes reducidos de mantenimiento y servicios que, en la mayoría de los casos, no suponen ni la mitad de los precios medios de una residencia tradicional.

Como vemos, un camino complejo que requiere de la fuerza del grupo y del apoyo de las administraciones públicas y de las entidades financiares, para crear una alternativa a envejecer en soledad, a ser una carga para las familias o a vivir en una residencia tradicional. Por eso el cohousing en España se está implantando de forma imparable y ha venido para quedarse.

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