La tribuna
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La próxima visita de Estado de los Reyes de España a Marruecos es una oportunidad para afianzar y ensanchar las relaciones entre los dos países. Marruecos es un socio imprescindible para España. Así lo afirma la Estrategia de Acción Exterior del Gobierno de la nación y así lo indica, sobre todo, el sentido común. Compartimos un espacio geográfico de gran importancia económica y estratégica, como es el Estrecho de Gibraltar; compartimos problemas de seguridad o relacionados con los flujos migratorios; España es desde hace años para Marruecos su primer proveedor y su principal cliente en los intercambios comerciales, intercambios que crecen con tanta celeridad que Marruecos es ya el segundo destino fuera de la UE de las exportaciones españolas, sólo tras los Estados Unidos. Además, Marruecos es la puerta natural de entrada a África, el continente del futuro.
No hay duda de que las relaciones de nuestros dos países atraviesan un excelente momento que, estoy convencido, recibirán un renovado impulso con esta visita. Pero, desde el reconocimiento de esta buena situación, creo que necesitamos avanzar más y más deprisa en la intensificación de los intercambios entre España y Marruecos, y que éstos no se limiten a determinadas áreas.
Falta aún mucho por hacer en el plano social y humano que, no lo olvidemos, es fundamental para una fructífera y provechosa convivencia. A pesar de la cercanía geográfica y de la existencia de una herencia cultural e histórica con extensas zonas de contacto, especialmente apreciables en Andalucía, necesitamos superar barreras de incomprensión que aún subsisten y profundizar en un mayor conocimiento recíproco entre Marruecos y España, porque el conocimiento es una base fundamental para el respeto mutuo entre individuos y sociedades.
En este sentido, es muy importante apostar por una nueva agenda que ponga la cooperación cultural en primer plano. Porque la cultura puede llegar más lejos de lo que lo hace la política, y puede ayudar a ampliar, fortalecer y diversificar esa red de relaciones humanas que necesitamos para hacer más sólidas las ya excelentes relaciones políticas y económicas.
En esa dirección, instituciones como la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo pueden y deben jugar un papel especialmente activo y protagonista. Las características de la gobernanza de la Fundación, con un Patronato compartido entre la Junta de Andalucía y el Reino de Marruecos, el hecho de contar con el Alto Patronazgo de SSMM los Reyes de España y Marruecos y, más allá de ello, la trayectoria desarrollada en estos veinte años que ahora cumplimos, hacen de nuestra Fundación un lugar privilegiado para ese necesario diálogo cultural entre el país magrebí, España en general y Andalucía en particular.
Desde su puesta en marcha en 1999, gracias al paternariado con el Ministerio Encargado de los Marroquíes residentes en el Extranjero y Asuntos de la Migración, con el Ministro Abdelkrim Benatiq al frente, la Fundación se ha convertido en un punto de referencia para la reflexión sobre los grandes problemas de este entorno mediterráneo, pero también para la acción cultural como instrumento de combate contra el desconocimiento y sus secuelas más habituales: los prejuicios y los estereotipos sociales y culturales. En la Fundación desarrollamos programas dirigidos a los inmigrantes marroquíes en Andalucía para ayudarles a una mejor integración en la sociedad de acogida y, asimismo, para que puedan conservar y poner en valor su cultura y sus costumbres. Al mismo tiempo, apostamos por iniciativas dirigidas al conjunto de la población andaluza, especialmente los más jóvenes, para que aprendan el valor de la diversidad como fuente de riqueza para las sociedades. Lo hacemos a través de una muy amplia programación que incluye cine, música, teatro, exposiciones, visitas culturales, actividades deportivas y también formativas.
Hace unos meses, en el discurso de inauguración del World Congress for Middle Eastern Studies, Wocmes 2018, organizado por la Fundación Tres Culturas, el más importante Congreso sobre esta materia del mundo y que reunió durante una semana en Sevilla a 3.000 especialistas de 90 países, S. M. el Rey Felipe VI señalaba que "la Fundación Tres Culturas, creada por el Reino de Marruecos y la Junta de Andalucía, es un ejemplo sobresaliente de lo que pueden lograr los marroquíes y los españoles cuando unimos fuerzas para alimentar nuestra relación". Debemos seguir trabajando juntos en esa misma dirección. Marroquíes y españoles y, desde luego, los andaluces, tenemos muchísimo que ganar si conseguimos hacer de este espacio compartido una zona común de convivencia, desarrollo económico, progreso social y cultural.
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