La tribuna
Javier González-Cotta
El Grinch y el Niño Dios
La tribuna
El Parlamento de Andalucía ha comenzado a tramitar la Ley de Economía Circular que la convocatoria de elecciones en Andalucía, anunciada el pasado 25 de abril por el presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno, obligó a posponer.
La UE, en materia de economía circular, propugna lo que se conoce como "jerarquía de gestión de los residuos", que viene a determinar el orden prioritario que debe seguirse a la hora de gestionar los residuos: 1) prevención, 2) reutilización, 3) reciclado, 4) valorización y 5) eliminación (vertedero o incineración).
La economía circular tiene repercusiones importantes en las empresas y en la industria, y por lo tanto también en la economía y en el empleo. El sector cementero, hace ya más de 30 años que recicla y valoriza residuos evitando así su depósito en vertederos. En aquel entonces, ni tan siquiera se usaba el concepto de "economía circular". Las plantas cementeras reutilizan en su proceso productivo residuos que generan otras industrias, para sustituir la caliza y otros materiales que se extraen de las canteras; es lo que se conoce como valorización material. Por otro lado, los hornos de cemento tienen la posibilidad de sustituir parte del combustible fósil habitual -coque de petróleo-, por determinados residuos -combustibles derivados de residuos (CDR), neumáticos fuera de uso, maderas y restos de poda, disolventes, lodos de depuradoras, etc.- que no tienen opción de ser reutilizados ni reciclados, pero tienen un poder calorífico que puede ser aprovechado en los hornos. Es lo que se conoce como "valorización energética".
Este proceso, dada las altas temperaturas que se alcanzan (la llama principal del horno está en el entorno de los 2000 ºC) y los tiempos de residencia de los gases, resulta seguro para la salud humana, tal y como atestiguan innumerables universidades e instituciones independientes, y cuenta con numerosas ventajas. Además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2 y metano), con la valorización energética se ahorran combustibles fósiles y se ofrece una solución eficiente, segura y sostenible a residuos que acabarían yendo a parar a un vertedero. Pero además de esto, supone para la industria cementera un factor de competitividad indispensable para subsistir y mantener su actividad, dado que el coste del residuo es inferior al del coque de petróleo. Cualquier fábrica de cemento andaluza debe competir con otras fábricas emplazadas en países del arco mediterráneo: Argelia, Marruecos, Túnez, con estructuras de costes empresariales mucho más ventajosas. Una fábrica andaluza que no pueda valorizar residuos, teniendo en cuenta los costes de la competencia, los energéticos y la caída del consumo de cemento, tiene prácticamente imposible subsistir en el mercado. Se da la circunstancia que de las 31 fábricas que operan en España, tan solo 3 no valorizan y 2 de ellas se encuentran en Andalucía, concretamente en Niebla y en Alcalá de Guadaíra.
Resulta paradigmático leer ciertos comunicados de determinadas plataformas ecologistas, que intentan confundir a la opinión pública haciendo uso de expresiones tales como "incinerar basuras", "convertir localidades en vertederos", etc., poniendo en riesgo la industria y el empleo de calidad que esta genera. Se trata justamente de lo contrario: evitar la incineración/vertido de residuos, utilizando los mismos como combustibles, evitando así que vayan a para a vertederos.
La Fundación Laboral Andaluza del Cemento y el Medio Ambiente (Flacema), integrada por las empresas cementeras que operan en Andalucía y por las organizaciones sindicales más representativas del sector, considera positivo que Andalucía cuente con una Ley de Economía Circular. La valorización energética de residuos en cementeras, defendida de manera expresa por la UE, habría de aparecer como una solución eficiente para la gestión de los residuos, previa a la eliminación, considerándose las inversiones que se desarrollen en este ámbito como de interés estratégico en economía circular. La industria cementera andaluza valorizó en 2021 un total de 250.000 t. de residuos de las 870.000 t. de residuos no peligrosos susceptibles de ser valorizadas; existe margen de mejora. Como ya se ha indicado, esta práctica no solo cuenta con ventanas ambientales, sino que supone una auténtica "tabla de salvación" para garantizar la subsistencia de la industria cementera y del empleo que la misma genera. Tienen la última palabra políticos y representantes parlamentarios.
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