La tribuna
Estado imperfecto
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La amenaza de la España vacía y el reto demográfico se han convertido en una preocupación de rabiosa actualidad para los habitantes de estas zonas que ven día a día como toda actividad en sus pueblos desaparece. De ahí que el movimiento de La Revuelta de la España vaciada se haya puesto en marcha y haya organizado una gran manifestación en Madrid, sólo apenas unas semanas antes de la cita con las urnas, con la intención de concienciar a la sociedad urbanita de que la necesidad de medidas en el entorno rural es urgente.
Razón no les falta. Y es que datos como que la despoblación afecta ya a un 70% del territorio o que tres de cada cinco municipios están en riesgo de exclusión en nuestro país deberían obligar a todos, tanto al sector público como al privado, a poner propuestas encima de la mesa para acotar un problema tan real como preocupante.
Sobra recordar la importancia humana, territorial, ecológica y estratégica de los pueblos y del campo para con nuestra economía. Por eso y para evitar las terribles consecuencias del olvido del mundo rural debe ser compromiso de todos ofrecer alternativas, principalmente a colectivos vulnerables como las mujeres y los jóvenes, que son la principal garantía de supervivencia de estas zonas.
Y es que continúan llamando la atención cifras como que el desempleo sigue teniendo nombre de mujer en las zonas rurales. De hecho, el nivel de paro femenino allí roza el 42%, cuatro puntos más que la tasa media de desempleo de mujeres en toda España. Sin embargo, el 54% de los emprendedores rurales son mujeres, frente al 30% que lo hacen en el entorno urbano, según se desprende del informe Mujer, pobreza y desarrollo sostenible elaborado por la Fundación Copade.
Y los jóvenes, por su parte, siguen marchando cada año en desbandada a las ciudades ante la falta de oportunidades en sus municipos. ¿Qué se puede hacer ante esta situación? La respuesta a esta pregunta viene de la mano de otra cuestión: ¿Y qué joven o qué mujer de nuestros tiempos entiende la vida sin estar conectado?
Llegados a este punto, internet puede convertirse en un aliado, en una puerta abierta a nuevas oportunidades de presente y de futuro en cada uno de estos pueblos. Más aún si tenemos en cuenta que todavía cerca de un 7% de la población andaluza -lo que equivale a más de medio millón de personas- carecen de conexión a Internet, sobre todo en las zonas rurales, despobladas o de difícil orografía, de acuerdo a los datos del último Informe Cobertura de Banda ancha elaborado por el Gobierno.
No hay que olvidar que las enormes posibilidades que brinda la red pueden convertirse en una alternativa real de vida y de negocio, ya no sólo para los habitantes de estas zonas sino también para las empresas locales y emprendedores que, con una óptima conexión a internet, podrían darse a conocer, agilizar trámites burocráticos e incluso hasta vender sus productos on line más allá del propio municipio en plena era del comercio electrónico.
Pero, ¿si las infraestructuras de telecomunicaciones no han llegado todavía hasta estas zonas cómo van a hacerlo ahora? Existe una forma inmediata y viable de acercarles internet, para muchos una gran desconocida. Y es a través de la tecnología satélite. Su carácter global o su capacidad para ofrecer cobertura en cualquier zona, por recóndita que sea, garantizan una conexión y velocidad idóneas para llevar a cabo todas estas tareas. Además, a diferencia de la fibra, no exige grandes costes ni un monumental despliegue de infraestructuras para hacerlo posible, basta con una antena receptora y un router para acercarlo a todos los rincones y multiplicar exponencialmente las posibilidades de estas zonas.
A sabiendas de su importancia, la Administración pública ya tiene en marcha unas ayudas para que los costes de alta e instalación de los equipos sean totalmente gratis. Además, los distintos partidos parecen también estar concienciados con las necesidades de la población rural -más aún en plena precampaña- y el PSOE, por ejemplo, ha prometido ya en su programa para concurrir a las elecciones generales del próximo 28 de abril avanzar en la extensión a todo el medio rural de la banda ancha de última generación, para que internet llegue a todos los pueblos de España.
Es deber del sector público y de las empresas privadas poner boca arriba todas las cartas para que los habitantes de estos pueblos puedan acceder a las soluciones más apropiadas y hacer frente así a un reto económico y social tan mayúsculo como es la despoblación. Y ahí, no hay duda, internet es una fuente de oportunidades.
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