La tribuna
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Sra. consejera de Educación: desde la Unión Sindical de Inspectores de Educación (USIE) de Andalucía, queremos felicitarle por su nombramiento y desearle que el nuevo periodo sea provechoso especialmente para nuestro alumnado, aquellos a los que todos nos debemos y, por tanto, para los que trabajamos cada día. Por si no ha tenido tiempo de reparar todavía, le recordamos que es responsable de cerca de 1.800.000 alumnos y alumnas andaluces, y más de 125.000 docentes, o 150.000 si incluimos a otros profesionales que también trabajan en el sistema educativo andaluz. En datos brutos, comparativamente, el mayor sistema de todas las comunidades autónomas de España y comparable al de varios países europeos.
Un enorme privilegio y una gran responsabilidad porque, aunque nuestro sistema en las últimas décadas ha mejorado en términos cuantitativos, tiene enormes márgenes de mejora y amenazas que lo acechan. Por lo que desde nuestra organización, representativa del 70% de la plantilla de la inspección educativa andaluza, le queremos trasladar algunas ideas y propuestas que consideramos debería tener en cuenta. Considere que los miembros de la inspección educativa ostentamos una visión amplia y conocimiento diverso del sistema educativo.
Partimos de que nuestro sistema tiene dos grandes problemas, unos índices de desigualdad inaceptables y, en sentido opuesto, puede dar mejores resultados, ya que sus índices de calidad no son todo lo buenos que deberían ser. Para el primer caso, basta comparar distintos indicadores y su relación con el estrato social de procedencia del alumnado, por ejemplo, las tasas de repetición, de abandono temprano, la escolarización en el ciclo 0-3 años, todas muy negativas cuando el alumnado pertenece a las familias más pobres. Una tendencia que se está agudizando en los últimos años, lo que supone una amenaza para la educación y la sociedad. Por otra parte, la calidad del sistema tiene amplios márgenes de mejora, basta un par de datos; en primer lugar, de los cinco niveles en los que se mide la competencia global del alumnado, solo el 16% se sitúa en los niveles máximos de 4 y 5 y, lo que es más preocupante, el 37% solo en el nivel 1, o por debajo. Además, tenemos una tasa de abandono temprano del 17,7%, la más alta de España, siendo esta un predictor de la situación laboral y de renta futura, es decir, a menor formación más desempleo y menor renta. En definitiva, el sistema tiene que mejorar tanto en equidad escolar y social, como en calidad, superando cierto estancamiento.
De las múltiples medidas que podrían adoptarse, les proponemos las siguientes: mejorar las escolarización en 0-3 años para niños y niñas de familias con rentas bajas, ampliación de plazas públicas y mejorar la calidad educativa en este ciclo; ampliar profesorado de refuerzo en los primeros niveles de la Educación Primaria, con carácter preventivo, y programas en la Educación Secundaria Obligatoria, con carácter recuperador; desarrollar unas enseñanzas que permitan diversificar, pero centrando el foco en lo fundamental, es decir, un currículo sencillo pero potente; programar ayudas a las familias de alumnos en riesgo de abandono, con compromiso de rendimiento por su parte; incrementar las plazas en la Formación Profesional pública, junto a un rediseño de los Ciclos, mejorando su vinculación con las necesidades del mercado laboral y, por último, reformar el acceso y la formación permanente el profesorado andaluz, centrando el foco en aquello que necesitan los alumnos en las aulas.
Sra. Consejera, tras los años difíciles vividos, en los que el sistema público ha dado muestras de una enorme fortaleza, consideramos que el mismo necesita una inyección de ánimo y de esperanza política. Para lo que debe mejorar su financiación. El gasto por alumno en Andalucía se encuentra en el furgón de cola, 5.442 euros, solo por encima de Madrid; la media española es de 6.230, Extremadura 7.257, Castilla y León 7.196, y el País Vasco 9.868. Además, hace falta buena gobernanza, para lo que son necesarios buenos equipos de personas conocedoras del sistema, con sensibilidad para respetar sus principios, capacidad para generar ideas y llevarlas a cabo. En definitiva, que trabajen para que todo el alumnado tenga posibilidades de desarrollar al máximo sus capacidades. Sra. Consejera, deseamos que su quehacer redunde en la mejora de la educación púbica, en el sentido y con el enfoque de lo que, brevemente, aquí le hemos planteado, cuente con nosotros.
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