La tribuna
Furia, bulos y la indignación como motor de cambio
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La salida del Reino Unido de la Unión Europea será un proceso largo y complejo. El Gobierno británico ha apostado por un "Brexit duro" restringiendo la inmigración, una de las principales motivaciones pro Brexit, pero la inesperada victoria en el Tribunal Superior de Londres de la demanda que reclamaba que es al Parlamento (mayoritariamente europeísta) al que le corresponde decidir si el Gobierno puede iniciar el proceso de divorcio, favorece la opción de los que votaron en contra y de los arrepentidos de su voto a favor, que observan cómo se ha depreciado la libra y los potenciales efectos negativos para la economía británica de un divorcio no amistoso. Por ello, nada se puede asegurar sobre cómo se producirá el Brexit, e incluso si éste se puede evitar, pues algunos, como John Kerr, el ex embajador británico que redactó el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, ha asegurado que el Reino Unido todavía puede dar marcha atrás.
No obstante, dado el potencial impacto del Brexit, es sensato valorar las posibles consecuencias que podría originar en la economía andaluza, por lo que el Gobierno regional creó un grupo de trabajo cinco días después de producirse el Brexit, que ha elaborado un ponderado documento sobre los previsibles efectos que se derivarían de las relaciones comerciales, del turismo, de los flujos demográficos y de las inversiones directas.
En relación con el comercio exterior, las exportaciones andaluzas al Reino Unido en 2015 se elevaron a 1.707 millones de euros el pasado año (6,8% de las exportaciones totales), con un superávit comercial de casi 1.000 millones de euros. Los efectos del Brexit a corto plazo vienen determinados por la depreciación de la libra, y a medio plazo dependerán de los acuerdos comerciales que se establezcan y de la sustituibilidad de los productos exportados por otros países competidores.
En cuanto al turismo, el Reino Unido es el principal emisor turístico para Andalucía con casi 2,5 millones de turistas en 2015 (la cuarta parte del turismo extranjero) y con estancia y gasto superior a la media. Este verano ha continuado aumentando el turismo británico porque habitualmente realiza las reservas con mucha antelación, pero la depreciación de la libra puede reducir la demanda para el próximo año.
En Andalucía residen casi 80.000 británicos, predominando los mayores de 65 años, cuya continuidad dependerá del valor de la libra y de las negociaciones sobre las prestaciones sanitarias. Por su parte, los andaluces que residían a principios de este año en el Reino Unido (mayoritariamente jóvenes) se elevaban a 8.891 (curiosamente sólo el 8,7% de los residentes españoles, cuando los jóvenes andaluces representan más del 18% de los españoles y su tasa de paro es mucho mayor). Su futuro puede verse negativamente afectado por las restricciones a la inmigración. En los flujos demográficos también debe contemplarse el futuro de los 7.153 españoles que trabajan en Gibraltar, así como los gibraltareños residentes en Andalucía.
Los británicos son también los primeros inversores extranjeros directos en Andalucía, destacando la compra de 3.084 viviendas en 2015 (casi el 30% de las compras de extranjeros), por lo que el Brexit también podría afectar al mercado inmobiliario.
Teniendo en consideración los diversos posibles impactos y considerando distintos escenarios de desconexión de la economía británica de la UE, la Secretaría General de Economía de la Junta de Andalucía estima que el Brexit podría generar un impacto en la economía andaluza entre el -0,3 y el -0,6% del PIB anual hasta 2019, y que se podría elevar hasta el -0,9% en el largo plazo. A estos efectos se podrían sumar la minoración de los fondos europeos por la pérdida de contribución del Reino Unido al presupuesto comunitario.
En resumen, el Brexit puede generar un impacto significativo en la economía andaluza, pero ese impacto de produciría si los agentes económicos no buscasen mercados y clientes alternativos. Además, el Brexit crea nuevas oportunidades, pues al dejar de pertenecer a la Unión Europea muchas de las empresas multinacionales domiciliadas en el Reino Unido perderían las actuales facilidades para el acceso al mercado comunitario. Andalucía puede contar con ciertos atractivos, como el clima, las infraestructuras y la facilidad de comunicaciones de algunas de sus ciudades, pero no poseemos las externalidades de la malla de servicios empresariales de otras zonas de Europa, limitaciones en el capital humano (especialmente la barrera del inglés) y otras de carácter institucional, especialmente la complejidad regulatoria, las dificultades administrativas para la creación y el funcionamiento de las empresas o la lentitud del sistema judicial, lo que limitan el atractivo para los inversores. Limitaciones resolubles si se abordan con decisión.
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