Una ventana de esperanza en EEUU

La retirada de Joe Biden de la carrera por la Presidencia de los Estados Unidos y la aparición de Kamala Harris como gran esperanza del Partido Demócrata ha dado un giro de 180 grados en una campaña que estaba focalizada en la edad y las condiciones físicas y mentales del actual inquilino de la Casa Blanca. Donald Trump, más sobreactuado y petulante que nunca tras el atentado que casi le costó la vida, se prometía una especie de paseo militar en su regreso a la magistratura de la primera potencia mundial. Pero las cosas han cambiado y aunque los sondeos y los principales analistas siguen dándole muchas posibilidades de victoria, ahora tiene enfrente a una rival con una considerable proyección social y que presenta un programa sólido y de carácter progresista, según los estándares en los que se mueve la política de EEUU. El duelo se ha igualado y lo que van a decidir los ciudadanos el próximo 5 de noviembre es un modelo de sociedad para su país. Por un lado, el populismo reaccionario y aislacionista de Trump, con una agenda que alarma por su radicalidad, y, por el otro, el mantenimiento de Estados Unidos como una de las grandes democracias del mundo y como líder de los valores humanistas y de libertades que ha configurado Occidente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El resultado que arrojen las urnas determinará cuán profunda es la grieta que se ha abierto en la sociedad norteamericana y, en definitiva, el papel internacional que su país va a jugar en unos años claves para la paz y la estabilidad. Los afanes expansionistas de la Rusia de Vladimir Putin, la lucha de China por hacerse con la primacía mundial e incluso el papel que le va a tocar ejercer a Europa en un mundo dividido y convulso depende de esa elección. Con Kamala Harris se abre una ventana de esperanza. La gran duda es si EEUU la aprovechará.