A la medida del presidente

El núcleo duro del Gobierno se mantiene y se refuerza el papel de María Jesús Montero y Félix Bolaños para desarrollar los pactos con los separatistas

20 de noviembre 2023 - 12:01

El Gobierno encargado de administrar una de las legislaturas más complicadas en las cuatro décadas largas de democracia se parece demasiado al que queda atrás, lo cual no dice mucho en su favor. El mayor peso político para lidiar con la amnistía y con los acuerdos con los separatistas queda plasmado en el reforzamiento de los ministros Félix Bolaños y María Jesús Montero, y en la cuota que mantienen los socialistas catalanes. Visto desde Andalucía, lo más destacable es que Montero asciende a vicepresidenta, al tiempo que mantiene uno de los ministerios de Estado de mayor peso, el de Hacienda, lo que la confirma su función como una de las personas que goza de la absoluta confianza de Sánchez.

Los Presupuestos, que serán el primer gran examen del nuevo Ejecutivo, darán pistas sobre hasta qué punto los pactos hipotecan la actuación del inquilino de la Moncloa. Habrá que confiar en la demostrada habilidad política de la sevillana y en su compromiso con la región para que Andalucía no sea vea perjudicada por los acuerdos con los nacionalistas vascos y catalanes.

Por lo demás, poco que destacar en un equipo muy a la medida del presidente, en el que el núcleo no cambia. Bolaños, muñidor de la ley de amnistía, será el encargado de gestionar el conflicto con el Poder Judicial que va a ser uno de los grandes retos de la legislatura y concentra con Justicia y Presidencia una cuota de poder muy significativa. Y se mantienen, como ministros muy cercanos a Sánchez, Calviño, Robles y Albares, lo que se daba por descontado en todas las quinielas. Calviño tiene papeletas para abandonar el equipo el próximo diciembre si consigue la presidencia del Banco Europeo de Inversiones y no deja de llamar la atención que un ministro tan quemado como Fernando Grande-Marlaska se mantenga en el puesto. En la parte de Sumar, sólo cabe subrayar la desaparición de Podemos y que su cuota refleje, más allá de Yolanda Díaz y Mónica García, la imagen gris que proyecta la formación.

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