La financiación de la universidad

Los rectores de las universidades públicas de Andalucía han alzado la voz e incluso amenazan con acudir a las “vías legales” para conseguir la financiación que demandan al Gobierno andaluz. Reclaman 50 millones de euros más, mientras que la Junta sólo está dispuesta a transferir 21 millones para afrontar, fundamentalmente, el pago de los complementos autonómicos para el personal docente, comprometidos para este año, que están comprometidos para 2024. Sería deseable una solución por la vía del diálogo sin que verbalmente escalen más las diferencias. Las instituciones académicas de Andalucía son pilares sin los que resulta imposible concebir el desarrollo de la comunidad. El Ejecutivo andaluz prevé destinar el próximo año sólo a sufragar los principales gastos universitarios 1.726 millones. Los rectores señalan que son insuficientes y elevan la cifra a 1.813 millones. Pero es una lástima que el debate se centre sólo en ese aspecto sin analizar el papel que juega y el que deberían protagonizar las diez universidades andaluzas. Sólo dos de ellas, la de Granada y la de Sevilla se encuentran entre las 500 primeras del ranking de Shanghái, que de alguna forma mide a las mejores del mundo. Otras cuatro se sitúan entre las mil más destacadas. La excelencia debe guiar una ambición irrenunciable. Con los mejores formadores e investigadores posibles. ¿Persiste la endogamia en las nuevas incorporaciones? ¿Pesa más la carrera académica que el alumnado? ¿Son adecuados los planes de estudio a la revolución tecnológica? ¿Son suficientes los esfuerzos por conectar el mundo universitario con el profesional? ¿Se exploran los nichos de mercado para incrementar los ingresos? La universidad precisa de una financiación justa y cuenta con respaldo para reclamarla. Pero igual de imprescindibles son algunas respuestas que la sociedad tiene derecho a conocer.