Una droga de “alta disponibilidad”

Editorial

29 de agosto 2024 - 03:07

El último Informe Europeo sobre Drogas arroja datos muy preocupantes sobre el tráfico y el consumo de cocaína en Europa, hasta el punto de que se ha convertido en la segunda droga más consumida del continente y la responsable de la quinta parte de las muertes por sobredosis. Tal como indica el texto comunitario, el daño que la cocaína está provocando en la salud pública no se conoce del todo, ya que se le considera un agravante de problemas cardiovasulares y mentales subyacentes no del todo medidos en las estadísticas. El problema no sólo incumbe a Andalucía o a España, por ser una de las plataformas de entrada, sino a la mayoría de países europeos, donde el consumo se ha extendido entre todas las capas de la población. En 2023 se registró un récord de incautaciones en el continente y el uso es tan frecuente que se ha notado en los restos que deja en las aguas residuales de las ciudades. Entendemos que es necesario un plan europeo que aborde este problema, tanto desde su vertiente policial, como de la salud pública. La cocaína entra en Europa por los grandes puertos españoles, de los Países Bajos y de Bélgica. En estos dos últimos países, además, la mafia de la droga se ha convertido en un poder desafiante para el Estado, hasta el punto de que tiene amenazados a distintos altos mandatarios que han tenido que o doblar su seguridad o buscar refugio para evitar atentados. España también tiene un gran problema. El alijo más importante de esta sustancia corresponde a una incautación en el puerto de Algeciras, donde se intervino un cargamento de 9,5 toneladas, pero es que, además, en Galicia se desmontó un gran laboratorio que servía para separar la cocaína del plástico en el que la droga viene confundida. Cada vez es más frecuente que los narcos utilicen este sistema, que consiste en mezclar la droga en objetos plásticos, prácticamente indetectable en las fronteras, para después separarlos en laboratorios.

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