Andalucía: estabilidad en el ecuador

En el ecuador de la legislatura y a las puertas de una inminente remodelación de su Gobierno, Juanma Moreno mantiene muchas posibilidades de renovar la mayoría absoluta para el PP. Es lo que indica el último barómetro trimestral del Centro de Estudios Andaluces (Centra), que actúa a estos efectos como el CIS para el conjunto de España. En estos dos años el desgaste de la figura del presidente y de la imagen que proyecta su partido ha sido mínimo. De hecho, era casi inexistente hasta esta última oleada del Centra. Ese pequeño deterioro cabe atribuirlo más a un Gobierno que ofrece falta de dinamismo en casi todas sus consejerías que al propio Juanma Moreno, que mantiene un alto nivel de conocimiento y de valoración. Mucho de los buenos resultados que cosecha el Gobierno y el partido que lo sustenta hay que apuntarlo a las políticas de moderación y transversalidad que encarna el presidente. Pero no se puede obviar que tras dos años de mayoría absoluta los ciudadanos empiezan a detectar la falta de soluciones para capítulos clave de su calidad de vida como es la sanidad, el segundo problema, tras el empleo, para los andaluces. La oposición, por su parte, presenta un perfil estanco, con una leve tendencia al alza. El PSOE está muy lejos todavía de representar una alternativa seria que pueda inquietar a Moreno. Le quedan dos años para rearmar un proyecto que vuelva a calar entre los andaluces y configurar un liderazgo capaz de competir con el actual. No es mucho tiempo porque parten de una situación muy acusada de pérdida de conexión con la sociedad. La estabilidad es la nota dominante de la primera mitad de la legislatura andaluza, lo que contrasta con una situación nacional marcada por la polarización y la tensión permanente. A Moreno se le abre ahora, con la remodelación de su equipo, la posibilidad de ajustar el rumbo para corregir los deterioros de gestión que cada vez se hacen más perceptibles.