Evaristo Jiménez Contreras. Profesor de la UGR

Cómo Vodafone engaña a incautos

Una de las sedes de Vodafone en Andalucía.
Una de las sedes de Vodafone en Andalucía.

24 de septiembre 2024 - 21:47

La verdad sea dicha, yo estaba pensado en cambiar de compañía telefónica, y, para mi desgracia, en esa tesitura un día sonó el móvil y era el comercial de Vodafone, Felipe Gallardo dijo llamarse (ahora empiezan por dar el nombre, para dar más confianza supongo). Se identificó como comercial de Vodafone y me dijo que tenía una oferta insuperable para mi. Y yo, en vez de colgar sin más, que es lo prudente en estos casos, le expliqué que estaba obligado por una permanencia en otra compañía, a lo que respondió que Vodafone tenía un plan para hacerse cargo de estas permanencias.

Le expliqué a continuación los servicios de los que disfrutaba, especialmente la plataforma Netflix, tampoco había problema con eso, aunque en su oferta no estaba esta plataforma incluida, igualmente Vodafone se hacía cargo, “monetizaba” según dijo, porque también tenían un plan para esto. Por supuesto, me rebajan en precio considerablemente. Creo que si le hubiese pedido en ese momento que me hicieran un chalet en el lado oculto de la luna me hubiera dicho que también había un plan eso.

Durante los siguientes días el tal Felipe me persiguió implacablemente y al final acepté (debilidad por fatiga mental quizá). Fue entonces cuando empezaron a llegar las señales de peligro que no escuché. Primero, se me instruyó para que al firmar el contrato verbal dijese que no me habían llamado ellos, que la iniciativa había sido mía, segundo, que hiciera por mi cuenta el contrato con Netflix que luego ellos, una vez firmado el contrato, lo asumirían y que no me preocupase de la permanencia, que les enviase la página donde figuraba el montante de la penalización y que ellos también lo negociarían, pero todo después de firmar.

El resto es fácil de suponer: firmar el contrato y desaparecer el comercial fue todo uno. Al teléfono no se ponía nadie y el WhatsApp al que escribí decenas de mensajes sólo devolvía una respuesta automática diciendo que el tal comercial se pondría en contacto lo antes posible, lo que, excuso decirlo, nunca sucedió.

Presenté una queja explicando el caso.  La respuesta fue que Vodafone por supuesto no asumía la penalización, que Netflix no entraba en el paquete y que si se me ocurría irme de la compañía pagaría otra penalización, la de ellos “por la visita del técnico” de 150 € ; el técnico debía ser el CEO de la compañía a tenor de lo que cobra.

Y ahora estoy con una penalización pendiente de resolver con la primera empresa, pagando Netflix aparte, con menos canales que antes, porque la plataforma de Vodafone es además paupérrima ya que la mayoría de los canales se pagan aparte y con menos gigas de los que se me prometieron.

Ya sé yo que la culpa es mía por aceptar promesas de palabra, pero me parece increíble que una multinacional como Vodafone permita (o aliente) que sus vendedores recurran a esas añagazas y mentiras para captar clientes.

En cuanto a la veracidad de toda esta historia (porque Vodafone podría decir que todo esto son cosas de un cliente insatisfecho o de un lunático); pregúntense: ¿tiene lógica que alguien con un mínimo de sentido común decida cambiar de compañía perdiendo prestaciones (canales, plataformas, velocidad), pagando penalizaciones y asumiendo otras nuevas, por pura estupidez? o bien porque se le prometieron fabulosas mejoras en las condiciones y luego todo resultó ser una trampa para incautos. 

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