Cómo Vodafone engaña a incautos
Sobre el empleo y los sueldos
Un mercado laboral libre sería aquel en el cual todas las transacciones laborales se basan en un contrato, libremente acordado entre un comprador y un vendedor de trabajo, que especifica un precio (el salario) y el trabajo esperado. No obstante, siempre existe alguna incertidumbre por ambas partes, y normalmente la persona que vende el trabajo es más vulnerable que la que lo adquiere. Las leyes de salario mínimo adoptadas en muchos países, como el nuestro, están pensadas para proteger a los trabajadores, cuyo poder de negociación es débil. Aunque un salario mínimo puede establecer unas condiciones decorosas, lo cierto es que impide que actúe el mercado libre. Y el nivel de salario mínimo es arbitrario, al mezclar la consideración de las necesidades y expectativas de los trabajadores con el nivel juzgado adecuado para fomentar el empleo. Se trata de un instrumento tosco que tiene menos efecto de lo que creen tanto sus defensores como sus críticos. En el actual sistema laboral flexible, a los empleadores les resulta fácil encontrar maneras de mantener los sueldos bajos. Por supuesto, el salario mínimo no es el único instrumento que impide el funcionamiento de un mercado libre, aunque probablemente sea el único que se propone subir los sueldos. Un mercado laboral equitativo sería aquel en el que las capacidades de negociación de compradores y vendedores de empleo fueran aproximadamente iguales. Sin embargo, en contraste con la justificación proclamada para el salario mínimo, los gobiernos han estado debilitando el poder de negociación de empleados y sindicatos.
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