La cara oscura de la Velá de Triana

Es una experiencia única poder transitar por la antigua Velá de Santiago y Santa Ana, de Triana, disfrutando de placeres que llenan los 5 sentidos, momentos de encuentros personales y de recuerdos que vuelven al corazón y llenan de alegría.

Pero para los vecinos del barrio también existe “el otro lado” de esta gran festividad. Como en cualquier lugar del mundo teneos dos fundamentos de los que parte la sociedad: el respeto y la educación, sin ellos no hay sociedad de bienestar, sin ellos como dice el filósofo T. Hobbes: homo homini lupus (el hombre es en un lobo para el hombre). Tal es así que si uno transita, entre las 12 de la noche y las 4 de la mañana, por ciertos puntos de la Velá podrá experimentar estas singularidades o lugares donde ya no rigen dichos principios porque el alcohol u otras sustancias los han obnubilado. Pero ese no es el único problema sino los daños colaterales que algunos piensan que los honrados equipos de limpieza pueden borrar de un “manguerazo”. Enumeramos algunos.

Los orines y las faltas de respeto. Cientos, sí, cientos de personas pasan de calle Betis a orinar en calles Arfian, Rocío, Flota, Fabie, Santísimo Cristo de las tres caídas, Valladares, etc y esquinas, garajes o negocios de Pureza sin ningún tipo de vergüenza mientras los vecinos, impotentes de ver el “desfile procesional”, no podemos hacer nada más que intentar evitar que se orinen en nuestra misma puerta. Problema mayor que llega cuando las familias, con sus carritos y niños menores, son testigos oculares de tales tropelías. Pero dando un paso más, sí les llamas la atención te contestan de mala manera y si van en grupo se acercan a ti en tono chulesco cuando no amenazante. De vergüenza.

La ausencia o insuficiencia de policía Local o Nacional. Si un acto está considerado como de los de mayor envergadura de la ciudad, porque así se hartan los políticos de publicitarlo, y conocemos los tiempos… por qué queda reducido a pasar cada hora, remarcamos, por esos lugares cuando el ir y venir de estas personas es continuo. Ellos hacen lo que está en su mano pero pueden ver al 1% de tantos y tantas que hacen este tipo de actos. Además, es pasar ellos y al momento tenemos, de nuevo, los problemas.

El cierre diario de la Velá. No lo marca el ayuntamiento ni la ordenanza de la Velá. Lo marcan, como es normal, los que toman las copas que tras cerrar las casetas en calle Betis derivan a las calles contiguas hasta las 4 de la mañana con todo lo que ello supone: más griteríos, orines, vasos rotos, etc.

Sumando todo esto resulta un cocktail donde la falta de respeto y el desorden, entre otros, pasan a ser protagonistas descontrolados de una tradición tan señalada. Ello sin desdeñar el hedor a orín que viene hasta nuestras casas y portales en los días y noches “frescas” de verano que hace intransitables e insalubres, a ciertas horas, estas populosas calles. Aquí es donde el vecindario pasa de la alegría al enfado, al hartazgo más absoluto que se expresa en los comentarios de los vecinos cuando llegan estos días tan “señalados”.

Propuestas de ansiadas soluciones

Pongan muchos más servicios públicos en lugar de casetas, entre otras la maravillosa caseta municipal con su catering incluido. Para eso sí hay lugar? Siempre pensando en los vecinos del barrio. O, como plantean otros vecinos, que cada caseta tenga, sí o sí, un baño pequeñito pues como es normal la gente tiene que orinar y a la vista está que lo que han hecho ustedes, hasta ahora, es INSUFICIENTE. Nadie quiere pensar que aquí lo que importa es ganar dinero o tener contentos a ciertos sectores…..

Iluminen o pongan cámaras en los puntos más conflictivos. Todo es digno de estudio y más cuando se trata del bienestar de los vecinos. Y más cuando cumplimos nuestros deberes de ciudadanos pagando los impuestos como todo el mundo. NO NOS MERECEMOS ESTO.

Amplíen el número de efectivos policiales porque son pocos para atender un evento así. Es INSUFICIENTE. Ya lo saben de otros años.

Reduzcan el horario intempestivo, al menos en los días de diario. Si saben que todo esto sucede de 12 a 4 de la mañana, cierren a las 12 o a la 1. Este año para que el barrio de Triana esté contento han “regalado” un día más. Muchas gracias.

Para terminar si preguntan a los vecinos sobre cuánto queda de la Velá que vivían y cómo se vivía unos años atrás les dirán que todo ha cambiado y mucho, que esto ya no es lo que era. Así pues, tomen buena nota porque todo esto también sucede…. en el “otro lado de la Velá”.