Cómo vuelan los días, cómo se va la vida

Viernes nuevamente, como vuela el tiempo, cómo corren las semanas, qué barbaridad la velocidad de los días. Y así, de esta manera, resulta que la vida se nos va como con prisas. Está claro que el tiempo sólo se detenía en la niñez, cuando parecía que nunca iba a llegar el domingo. Qué largas las semanas desde aquel lunes marrón que se ennegrecía cuando íbamos con los deberes por hacer. Cuando entonces, las hojas del almanaque caían con demora, nunca llegaba ese domingo que sí discurría con celeridad. Habíamos ido al fútbol y en el camino de vuelta a casa ya rumiábamos lo que nos quedaba por delante, una semana a la que no se le veía el fin. Sin embargo, el paso de los años hizo que el tiempo volara y así nos encontramos con otro viernes que suple a ese viernes que parece más ayer que viernes. Cómo vuela el tiempo, cómo se nos va la vida, con qué prisas.