¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Partido grande el que se nos viene encima para mañana por la noche. Lunes menos marrón que nunca al señuelo de uno de esos partidos de fútbol que no necesitan ser publicitados. Juega nuestro equipo nacional, el de casi todos, frente a los Pross, los inventores de este invento maravilloso que se llama fútbol y que se ha erigido en el mayor espectáculo que registra el mundo. España contra Inglaterra, casi nada al aparato... y en Sevilla.
Y se celebra en un estadio que nada tiene que ver con aquel que escenificó el España-Malta para la gesta más grande jamás vivida. Un estadio moderno y ya en condiciones de poder acoger a nuestra selección, ese equipo de casi todos que está volviendo a ilusionar al aficionado tras el amargo trance vivido hace cuatro meses en Rusia. Y todo indica que Sevilla volverá a ejercer de palmero para un rol en el que se mueve como a favor de querencia, el de Jugador número 12.
Ya hoy puede haber un anticipo del fervor que despierta España en nuestra Sevilla con ese entrenamiento a puerta abierta que ha programado Luis Enrique en el lugar de autos. Dicen los números que ganando nadie podrá arrebatarle a España el primer puesto del grupo. Seguro que no será por falta de apoyo, ya que aunque el inefable Javier Clemente diga que se llevó a la selección de Sevilla porque Sevilla ya estaba aburrida de tanto verla, nada hace presagiar el tedio.
Siempre que Sevilla fue requerida respondió en el aliento al equipo nacional y en esta cita con los inventores, seguro que de las gradas del Villamarín bajará el calor necesario para ayudar al triunfo. No es el lunes el día más comercial para casi nada y, por supuesto, el fútbol está también inmerso en ese capítulo, pero se trata de un ' y ello no es baladí. Sevilla nuevamente en el circuito de anfitriones, lo hace con mucho gusto y la ocasión bien merece la pena.
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