Jorge Benavides Solís

La verdad no siempre es oportuna

Garzón dijo una verdad, al menos incómoda, cuando no inoportuna. Ha sido condenado

15 de julio 2021 - 01:46

Si los políticos hicieran sus campañas diciendo sólo la verdad, perderían las elecciones. Como los actores, estudian el papel para interpretarlo de la mejor manera. Los electores prefieren escuchar el lado bueno de la realidad, el emocional antes que el racional.

Si en la publicidad de McDonald's, y de otras similares, se incluyeran los resultados visibles en el documental Super Size Me (2004), siguiendo la senda de Michael Moore, no se venderían con inusitado éxito tantas hamburguesas y pollos en todo el mundo. Pero habría menos obesos.

Uno de los más grandes perjuicios causados por los colonizadores europeos fue la introducción de la ganadería, que para los prehispánicos no era indispensable.

Con limitaciones solamente de forma ocasional, comían carne de llama y de conejillo de indias (cuy). Sin embargo, los cronistas observaron que no había gente mal alimentada ni hambrienta. Se nutrían con alimentos ricos en proteínas vegetales: amaranto, quinua, etcétera. Nada de carne, leche o huevos. No tenían colesterol "malo". Todo ello introdujeron los europeos.

Sólo con maíz preparaban menús completos: aperitivo, primer plato, segundo, postre y bebida. En un concurso nacional en Nicaragua se registraron centenares de recetas para prepararlo.

La verdad tiene varias características. Puede ser blanda, dura o simplemente inoportuna. Para decirla hay que escoger el momento, el lugar y las circunstancias adecuadas. Por lo general, conviene edulcorarla. De ahí los eufemismos: "No son recortes, son ajustes". ¿Decir y escuchar nos hace libres? Depende. El ministro Garzón ha dicho una verdad, al menos incómoda, cuando no inoportuna. Ha sido condenado.

Sí. La verdad que dijo, deriva del informe Bruntland (1987) de Naciones Unidas, que por primera vez utilizó la palabra sostenibilidad, o sea: la responsabilidad social sobre el consumo de los recursos naturales no renovables: agua, aire, suelo y "fuego" (combustibles fósiles). Desde entonces, esta preocupación se encuentra incluida y explicada en numerosos convenios y cartas internacionales. Hasta en el Informe España 2050.

La contaminación del aire se debe al porcentaje alto de consumo de los combustibles: aviones, coches, maquinaria, industria, etcétera. También a la ganadería extensiva. Ya en un informe divulgado por la FAO en 2006 se decía: "El sector ganadero genera más gases de efecto invernadero, alrededor del 18% más, medido en su equivalente en dióxido de carbono (CO2)".

Un mesurado ministro ha dicho una verdad inoportuna y ha invadido ámbitos de otros colegas suyos. Sorprende.

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