Gafas de cerca
Tacho Rufino
Nada más distinto que dos hermanos
La ventana
ESTAMOS en el corazón del último movimiento migratorio del verano, la última encrucijada para el ir y el venir, puente de la Virgen de Agosto, penúltima etapa puntuable de esa vertiginosa carrera del verano que tanta sangre deja en las cunetas. En este puente de la Virgen será la última vez que los destinos se crucen por tierra, mar y aire, que cuando agosto doble en las tablas que dan a septiembre, todo el movimiento será inmigratorio, ya sin emigraciones, sin éxodos y a pensar ya en la cruda realidad de un otoño que se presume tan caliente como este verano que parecía que no iba a llegar nunca y que ya ve usted cómo se las está gastando en un agosto más ferragosto que casi nunca. Desde ayer, las colas en el peaje y los atascos de los que apuestan por la costa huelvana se suceden sin solución de continuidad y sólo queda el alivio de que el personal se divide, aun por última vez, entre los que van y los que vienen.
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