La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
La esquina
LOS pactos de Ciudadanos con el PSOE en Andalucía y con el PP en la Madrid son beneficiosos, claro está, para socialistas y populares, que conservan el poder en sus bastiones que peligraban, pero son enormemente beneficiosos para el propio Ciudadanos, que consagra su condición de bisagra centrista y su vocación moderadora de la política nacional.
Los Rivera-Marín (más Rivera que Marín, obviamente) no han arrancado al PSOE nada que el PSOE no le hubiera ofrecido desde antes de la primera sesión de investidura de Susana Díaz. Al contrario: han suavizado sus exigencias sobre los ex presidentes Chaves y Griñán, y a pesar de ello han pasado de rechazar a Susana tres veces a votar a su favor en el pleno de esta tarde, sin contemplar siquiera el paso intermedio de la abstención.
¿Por qué? Porque apoyar a la candidata socialista desde el principio, frente al reiterado voto negativo de PP, Podemos e IU, le habría retratado como muleta solitaria de un partido atravesado de escándalos de corrupción y comparsa mal retribuida de su continuidad. Y porque C's necesitaba compensar su ya decidido respaldo a Susana Díaz con una respuesta semejante a la previsible demanda del PP en otros territorios. Como el apoyo que va a prestar a Cristina Cifuentes en Madrid.
Así que era urgente esperar. Esperar a que las elecciones autonómicas y municipales le depararan la oportunidad de aparecer ante la opinión pública demostrando lo que quieren ser. Resumen de lo que quiere ser Ciudadanos: un partido equilibrado y sensato, que no participa en operaciones frentistas para aislar a otros, que no se casa con nadie pero puede pactar a su derecha y a su izquierda, que pone como máxima condición para los pactos la regeneración del sistema democrático y que obedece a cierta lógica política y moral, la de dejar gobernar en cada sitio a la lista más votada entre las concurrentes.
Hay más. Al alcanzar sólo pactos de investidura con un programa mínimo que han de asumir PSOE o PP y no participar en los gobiernos que ayuda a constituirse, Ciudadanos se presenta como agente primordial de la estabilidad de las instituciones y ajeno a lo que es práctica común en otros pactos que se están perfilando: el reparto de sillones. No piden nada para ellos y así aspiran a lograr lo que más les importa, la credibilidad y la confianza.
Gran inteligencia, la de Albert Rivera.
También te puede interesar
Lo último