La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
Cuando enfilamos el Día del Pilar, cuando ya se atisba el fin de la temporada en Sevilla, los actos taurinos van proliferando y girando sobre un eje que se centra en la hermandad de la Macarena. Y al rebufo del festival que cerrará el curso sevillano, anoche se reanudaban los Mano a Mano que gestiona José Enrique Moreno, y se hacía con la participación de un torero tan macareno como Eduardo Dávila Miura y un compositor tan trascendental como Abel Moreno, el autor de esa cumbre de la música de Semana Santa que es La Madrugá y también del brioso pasodoble dedicado al torero con el que departió. Paralelamente, en el hotel Colón se expone una muestra con la hermandad del Arco y el toreo como argumento. La temporada se acaba, apenas queda vuelta atrás, pero el toreo continúa vigente en la agenda cultural de la ciudad y que no decaiga, que será buena cosa.
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