Los tontos del algoritmo

Todo pasa por el algoritmo en nuestra vida cotidiana, los hay útiles, pero también los manipulados para fabricar sonrojantes mentiras

El cubo de Rubik
El cubo de Rubik

09 de julio 2022 - 04:00

TODO, absolutamente todo, depende ahora del algoritmo. En su día pasaba algo muy parecido con el sistema. Acudía usted a un comercio, llegaba la hora de pagar con tarjeta y le pedían disculpas: “Lo siento, se nos ha caído el sistema. ¿Puede hacer el abono en efectivo?”. O en la ventanilla del banco, cuando se podían hacer gestiones ante una persona y no ante un estúpido robot, también sucedía: “No le podemos hacer el reintegro porque el sistema se ha caído y está bloqueada la caja”. El sistema te perseguía más que Hacienda en junio. Del sistema hemos pasado al algoritmo. Hay verdadera dependencia del dichoso algoritmo, lo cual ha generado tontos del algoritmo en modalidad cum laude, del que abusan para explicarte desde el calor que hace a la subida de precios, pasando por la educación de los niños. ¡Viva el algoritmo! Si usted quiere ser feliz ponga un algoritmo en su vida. Son útiles hasta para mentir. Hay algoritmos que te permiten faltar a la verdad, dicho sea de forma políticamente correcta, manipular los contadores de ventas, resultados y fabricarte una imagen digital de éxito, tomándole el pelo a la gente más que un vendedor de crecepelo.

La escopetilla con el punto de mira trucado de las ferias de los pueblos tiene su versión más ajustada en el algoritmo del timo. Ahora que tanto nos preparan para protegernos de las noticias falsas (fake news), deberían entrenarnos para ponernos en guardia del algoritmo que te quiere vender la moto. También los hay de guante blanco y muy útiles, como el que te facilita hacer y deshacer en pocos minutos el mismísimo cubo de Rubik, con el que en tiempos nos volvimos locos más de una vez. Dice la definición de un experto: “Un algoritmo informático es un conjunto de instrucciones definidas, ordenadas y acotadas para resolver un problema, realizar un cálculo o desarrollar una tarea. Es decir, un algoritmo es un procedimiento paso a paso para conseguir un fin”. Ojo al fin, que no todo fin es bueno, como no todo lo legal es ético, ni todo lo que se publica en Internet es cierto. Yo que usted, querido lector, me cuidaría mucho de los algoritmos. Porque el sistema era algo inmaterial e invisible, pero hay algoritmos con los que puede usted sentir el aliento de la presión en el mismo cogote durante sus actividades más cotidianas: desde la reserva digital de una mesa en un restaurante a la elección de sus canciones favoritas en la plataforma musical de moda.El algoritmo condiciona su vida, aunque usted no lo sepa. Tenga cuidado. Yllegado el momento, záfese de su presión y de sus mentiras. La verdad es hija del tiempo. Acabaremos echando de menos el sistema... y sus caídas. Qué entrañable resultaba.

stats