La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Con qué alborozo he leído la noticia de que dos investigadoras de Tarifa han dado con una utilidad para dichosa alga asiática invasiva (con perdón por la xenofobia). La alegría es triple: por mar, tierra y aire. Si esas algas son útiles, entonces los ayuntamientos tendrán alguna ayuda. Por lo que hemos vivido este verano, la necesitan para cumplir con su deber de tener las playas impolutas. Si encima son útiles contra la seca de los alcornoques, miel sobre hojuelas, porque, si el alga me preocupa por el litoral, la seca, por la sierra. De un solo golpe de una investigación, se atajan dos problemas ecológicos de primer orden de la provincia.
De tan buen humor me he puesto, que, al fin, le veo la gracia. El nombre del alga parece el villano de un relato de Astérix: Rugulopterix. Qué diferencia con el nombre de la poseidonia, el alga de nuestra infancia mitologica. Contra la oscuridad de larugulopterix okamurae, el nombre de las dos investigadoras: Luz y Mari Luz. Nomenomen también en los apellidos: Pelayo y Caballero, respectivamente. Para más narratividad, ha entorpecido su investigacion la lagarta peluda (lymantria dispar), que ataca a los alcornoques.
He hablado del mar y de la tierra, queda el aire. Es la actitud propiamente española o occidental de afrontar los retos. Consciente o inconsciente, Alberto Rodríguez, al redactar su crónica para estas paginas, describe el espíritu: “Convertir un problema en la solución para otro”. Parece prometedor el descubrimiento de las propiedades fungicidas del alga, que ya decíamos nosotros este verano que muy buena cara no tiene. Tiene diterpenos antibacterianos, que pueden aprovecharse.
Sospecho, sin embargo, que el proyecto encontrara algunos problemas de rentabilidad y que la demanda de diterpenos fungicidas no cubrirá la oferta de tantas toneladas de algas. En cualquier caso, nadie nos quitara la alegría del aire.
Es lo que hay que hacer siempre; y de lo que Luz Pelayo y Mari Luz Caballero ya pueden estar perfectamente orgullosas. Con inteligencia, investigación, emprendimiento y trabajo es como se afrontan aquí los problemas y, si hace falta, los problemas a pares, como han hecho ellas. Ojalá hayan dado en la tecla a la primera, pero el ejemplo ya nos lo han dado de primera. En vez de mirar a otro lado o resignarnos o cambiar de tema, cual responsables (así irónicamente llamados) políticos, coger el alga por los cuernos.
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