Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
AUNQUE el líder del PSOE andaluz estuvo a punto de meter en el mitin al mismísimo Zapatero, en un lapsus que sonó algo así como "vamos a empujar a ZapateRubalcaba", Felipe González, Alfonso Guerra, Alfredo Pérez Rubalcaba y el mismísimo Griñán fueron ayer en Dos Hermanas los protagonistas principales del intento de remontada imposible que los socialistas iniciaron un día después de que el CIS les anunciara ruina para el 20-N: 74 diputados y 17 puntos de desventaja sobre el PP.
Repuesta la militancia del susto --el leonés estaba a buen recaudo, lejos del lugar de autos, y Blanco un poquito más lejos-, los tenores, entre comparaciones con Camarón de la Isla y The Beatles del DJ político Pérez Rubalcaba, dieron algo de tono muscular al socialismo democrático español. 15 años después, juntos y revueltos por las circunstancias, Felipe y Guerra se lanzaron en apoyo de un candidato a la Presidencia del Gobierno que necesita movilizar a una parte de los 2,5 millones de indecisos si no quiere cosechar el fracaso electoral más importante del PSOE desde la restauración democrática. Pérez Rubalcaba agradeció el cable y medio. Sin llegar a entrar del todo en el papel del Guerra cañero, el ex vicepresidente del Gobierno dejó un buen número de perlas dialécticas. "Alcapone murió, pero hoy se llama Lehman Brother"; "tenemos que empujar para tener un líder inteligente, ágil; no queremos a uno tumbado, perezoso"; "ahora los bancos van por el piso de la abuela, que fue la que avaló el préstamo; dicen que son tóxicos, ¡pues suéltalo si es tóxico", y "este Gobierno entró retirando a España de una guerra injusta y sale derrotando a ETA", entre otras.
González, por su parte, optó de nuevo por ese tono pedagógico tan característico suyo cuando se refiere a la crisis, el empleo, la productividad y la competitividad, sentando doctrina, por supuesto, sobre lo que hay que hacer en España y Europa. "Alfredo, tenemos que recuperar el sentido de la orientación", le dijo en un momento dado al candidato socialista. Pero también soltó algún que otro mamporro a los ex dirigentes y dirigentes del PP. "A mí nunca se me podía haber ocurrido llamar a los criminales de ETA Movimiento de Liberación Vasco"; "si uno de nosotros hubiéramos perdido la mitad que Arenas, no nos habrían dejado presentarnos", y "no votéis a Rajoy porque mirará para el techo", entre otros.
Con el trabajo hecho ante una militancia que celebró con continuos aplausos el reencuentro entre estos dos primeros espadas del socialismo democrático español, Pérez Rubalcaba esbozó ayer en Sevilla, donde comenzó todo, una sonrisa de esperanza y se aferró quizás a un espejismo para evitar el batacazo. Por el contrario, con unos meses de margen que pueden ser providenciales, Griñán salió convencido de que acertó al no hacer del 20-N una doble cita electoral.
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