Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
Asegundo plano ha pasado todo lo que está o no está sucediendo en las zonas devastadas por la DANA, cada vez hay menos minutos de radio y televisión, menos hojas de periódicos y revistas, casi ha pasado a segundo plano, se ha amortiguado el grito de desesperación de los damnificados.
Como quiera que muertos no se han visto, todos los muertos se han convertido en un número fatal, pero un número es un número como una rosa una rosa es. No hemos visto ataúdes en hilera ni cementerios ni coches mortuorios ni funerales en donde las familias no ocultan su dolor ni su desesperación ante las cámaras.
Digo que se tomaron lecciones de la pandemia. Estos flecos de lo sucedido se han controlado bien, quiero decir que ha habido un acuerdo al parecer, de esto no dar nada, es lo mejor. Los tres vecinos que patearon el coche de Sánchez no eran un comando de la extrema derecha, eran tres vecinos desesperados e impulsivos, incluso, vale, violentos. O sea, no siempre la realidad tiene que ver con el deseo. Incluso el “que me lo pidan” del presidente ha ido perdiendo decibelios. Forma parte del “pues eso” sobre el fiscal general. Un poco lo mismo todo, si bien se mira. El Poder soy yo, otra vez. Valencia, tan española, pareciera que vivía con una franquicia, qué desastre. Entonces, en vez de plantearse en serio una reforma de la constitución territorial de España, que algunos dirían del Estado, sube la marea que pide la dimisión de Mazón, el presidente autonómico más conocido de España, que ya tendría que haber puesto su dimisión “en diferido”, como gusta decir ahora, y dar ejemplo a todos los que deberían dimitir, o haber dimitido ya. Y a todas, seamos políticamente correctos. Y exactos.
Un grito tapa otro grito como una mano lava a la otra y ambas lavan la cara. Digo que no pasará gran cosa cuando apliquen la máxima del que resiste, gana. Por eso Mazón pasea su abatimiento por las televisiones y otros se van de viaje por ahí, o esperan llegar a tiempo a Bruselas, con casi todas las plumas. Sea lo que sea, ayer el PP había perdido cinco puntos en las encuestas.
Cinco puntos es una barbaridad de puntos, mucho más cuando esto va a ir muy lento, el dinero va a llegar de aquella manera y son tantas las pérdidas que va a costar mucho superar el dintel del sufrimiento. ¿Que se lo pidan? Me da la risa. Irá a ralentí, lo que vaya que vaya. Lo digo porque parece lo acostumbrado. El tema, el tema, ¿cuál es el tema? España es.
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