El techo de Feijóo

Como Fraga, el actual jefe del PP tiene un límite. Para su desesperación, gana pero no llega. Y no entusiasma

15 de junio 2024 - 01:00

En los años 80 se puso de moda el término el techo de Fraga para definir la incapacidad del fundador de Alianza Popular de conseguir mayorías de gobierno. En 1987, al brillante e iracundo catedrático, diplomático y ex ministro de Franco le sustituyó el presidente de la AP andaluza Antonio Hernández Mancha, joven abogado del Estado y magnífico orador al que los tiranosaurios de AP se comieron crudo en Madrid los dos años siguientes. (Atención a su libro Secretos de mi partido, editado por Almuzara). A Fraga le buscaron un retiro en el Parlamento Europeo, en las elecciones del 87. Sacó 4,75 millones de votos y 17 diputados. Parecía acabado a los 65 años; se dormía en su escaño del Palais de l’Europe. Fue un espejismo: en las europeas del 89, Marcelino Oreja le reemplazó al frente de la lista del refundado PP, pero obtuvo 3,4 millones de votos y 15 diputados. No estaba acabado: puso al frente del partido a Aznar, ganó las elecciones gallegas en 1990 y estuvo allí de presidente 15 años.

El actual jefe del PP inventó un recurso de éxito hace un año. En las municipales y autonómicas pidió a los ciudadanos votar para echar al sanchismo. Funcionó, pero no ha sido capaz de repetirlo. El sanchismo es un abstracto que suma de todos los males, para canalizar el malestar de la gente contra el Gobierno. Motivos de crítica no faltan, pero Pedro Sánchez es un presidente legítimo. Tan legítimo como fue Juan Manuel Moreno en 2019 con el apoyo de la extrema derecha. El problema del PP es que Feijóo gana, pero no llega. Para su desesperación, se quedó corto en las generales de julio, a las que acudió de nuevo para derrocar al sanchismo. No ha cumplido las expectativas que levantó hace dos años cuando se hizo cargo del partido.

Y en las europeas, estuvo perdido: convoca un plebiscito contra Sánchez, confunde sus mensajes con los de la extrema derecha, señala corrupción en el ámbito familiar del presidente y obvia hacer propuestas para el futuro de la UE. El resultado es que no entusiasma a los ciudadanos. Sobre censo, un 17% ha optado por el PP y un 15% por el PSOE. Después de tanto ruido, ahora se pondrán de acuerdo para designar presidenta de la Comisión, repartirse carteras y diseñar políticas. Estas no han sido elecciones generales, pero si se proyectase el resultado a escaños del Congreso, Feijóo no conseguiría llegar a La Moncloa ni siquiera con los votos de Vox; necesitaría también a Alvise. Lo mismo tiene un techo, heredado de Fraga, y en su partido tienen que ir deshojando la margarita: Ayuso, Moreno, Ayuso, Moreno, Ayuso…

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