La tarjeta de visita andaluza

10 de febrero 2025 - 03:09

Los grandes gurús de la asesoría política explican que lo importante son las percepciones de los ciudadanos con respecto a un determinado líder, a una entidad o institución concreta. Construir una imagen es muy difícil sobre todo cuando se tienen que destruir los tópicos. A Andalucía le ha pasado de manera recurrente. Han tenido que pasar más de cuarenta años para que se reconozca que esta tierra fue la que defendió la igualdad territorial en España y para superar (es cierto, no del todo) los topicazos que nos han lastrado.

Cada vez es más difícil que fuera de nuestras fronteras nos falten al respeto. Será tal vez una mezcla de todo: los partidos necesitan nuestros votos y los andaluces hemos aprendido a defendernos.

Pero lo más importante es que no se trata de una pose, no es un mero relato que defiende que por estos lares entendemos muy bien la vida. Y vamos a las pruebas. El Parlamento de Andalucía ha aprobado por unanimidad (sí, es una palabra que todavía existe en política) dos proyectos de leyes que nuestros representantes autonómicos van a defender delante del Congreso de los Diputados. En lo que supone mucho más que un gesto porque los diputados que van a coger el AVE comprometen a sus respectivos partidos en Madrid.

Las dos leyes que presentamos en el Congreso han salido, además, de los dos grupos más pequeños de la Cámara andaluza, Adelante Andalucía (dos diputados) y Por Andalucía (cinco escaños), que han logrado el apoyo de todos los demás grupos. Sí, PP, PSOE y Vox han firmado las iniciativas. La primera es la conocida como la ley de gafas gratis. Una norma que persigue que la sanidad pública financie las gafas al 100% a los menores de edad que las necesiten y para los adultos en función de su nivel de renta. Que las gafas no sean un privilegio.

La segunda ley, que defenderán el próximo martes a las tres de la tarde los diputados Esperanza Gómez (Por Andalucía), Toni Martín (PP) y Pilar Navarro (PSOE), busca modificar el Estatuto Básico del Empleado Público, con el objetivo de que los exámenes de acceso para personas con discapacidad se centren en la valoración de habilidades prácticas para el desempeño de sus puestos de trabajo, en lugar de basarse en pruebas teóricas.

Ambas iniciativas evidencian que la política es mucho más que fango, insultos y confrontación. Está en manos de los andaluces exigir a nuestros representantes que sigan por ese camino; Andalucía no debe renunciar a la Igualdad. Sí. Con mayúsculas.

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