La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Minerva, la diosa del gobierno local
Pues vamos a tener que darle la razón al bueno de Juan Bravo, bravísimo consejero de Hacienda, genovés de la calle Génova en Andalucía, árbitro de la elegancia, arquero preciso de la palabra en materia económica... Andalucía debe ir imparable de verdad, no como con los gobiernos socialistas, porque prueben a reservar una mesa en un restaurante cualquiera de los dos viernes que restan antes de Nochebuena en este Adviento de excesos. Tiene que ser verdad cuanto dice el Petronio de las cuentas, el mismo del presupuesto abortado y de la locuacidad con los números complejos, que Bravo los hace amenos como en un Barrio Sésamo para parlamentarios tozudos. Es que los de la bancada del PSOE, Vox y los lacasitos de la izquierda (porque cada vez hay más variantes) no salen a la calle ya ni para la foto de la tortilla. No ven que Andalucía en este diciembre es un almuerzo continuado. Cada autónomo de los que se ha dado de alta en los últimos meses ha debido pedir mesa en un restaurante. ¡Hay más comidas que empresas!, como dice Julio Domínguez Arjona. ¡Andaluces, a comer que viene la sexta ola! La hostelería se prepara tras el puente para dos superviernes marcados por la nueva amenaza del virus. No salimos del furgón de cola de todos los índices económicos por muchos millones que llevamos recibidos de Europa desde que somos comunidad autónoma, pero adoptamos como nadie todas las nuevas modas que están relacionadas con el consumo: desde Halloween hasta la espiral de comer y beber de los días previos a las pascuas. ¿Para qué preocuparse por cultivar satisfacciones a largo plazo teniendo tan a mano las pequeñas alegrías inmediatas? Mejor tomarse el botellín que fundar una industria cervecera. Exigimos a Juan Bravo lo que no han hecho otros consejeros de Hacienda. ¡Cuánta injusticia! Miren la calle, fíjense en los bares llenos. El consumo se ha reactivado. ¿Dónde? En nuestra industria principal: la del ocio. ¿Acaso esperaban más fábricas de aviones o de cajas de cambio de los coches? ¿Algún iluso cree en la resurrección de Abengoa? Critican la indolencia y el inconformismo de los andaluces cuando en realidad todo es una suerte de escapismo calculado. Se aprecia este diciembre en que más que nunca ignoramos cómo será la cuesta de enero. ¿Cuesta, qué cuesta? Aquí no se piensa en el mes próximo. ¿Para qué? Los bares son nuestros centros de día. Carpe diem. Andalucía va bien, como decía Aznar de España. Si a usted no le dan una comida ni el 10 ni el 17, llame a Salud Responde. Andaluces, la convergencia está en los bares.
También te puede interesar
Lo último