Qué suerte tenemos

03 de julio 2024 - 03:08

Comprendo que todos los antifascistas estén muy preocupados. La situación que vivimos en Europa es realmente preocupante, por decirlo de forma suave. Hay países europeos donde el gobierno tiene ya decidido un proyecto de censura de la prensa crítica, con el socorrido e hipócrita argumento de garantizar la calidad de la información y evitar la difusión de bulos. Y hay países europeos –muchos, muchísimos– donde el Tribunal Constitucional, controlado por el propio gobierno, se dedica a exonerar de toda culpa a los políticos del partido del gobierno que han sido condenados por casos graves de corrupción. Si un tribunal, tras un largo proceso, logra demostrar que esos políticos del partido gubernamental infringieron las leyes y merecieron una severa condena penal, ahí que llega el Séptimo de Caballería del Tribunal Constitucional –controlado, insistimos, por el propio gobierno– para eximir de toda responsabilidad a esos políticos gubernamentales. Eso sería algo impensable en una democracia seria, pero hay países de Europa –no diremos cuáles– en los que estas prácticas se producen a diario. Por cierto, esos países lejanos y de nombre impronunciable son países donde se han aprobado leyes que eximían de toda responsabilidad penal a los políticos que tenían que apoyar con sus votos al propio gobierno. Por fortuna, esos países son países hiperbóreos de nombre impronunciable (Buterflandia, Corruptonia, Pumpidinia, Azagrakistán, Elvasia), y nosotros, afortunados que somos, nada tenemos que ver con esas prácticas lamentables que ocurren por allí y conculcan –bonito verbo– todos los principios de una democracia decente. Qué suerte tenemos.

Los antifascistas debemos estar orgullosos. Ninguna de esas prácticas deplorables que denigran el hermoso nombre de la democracia representativa tienen lugar entre nosotros. Aquí reina la equidad absoluta, la transparencia más cristalina, la honestidad más cabal que podamos imaginar en cualquier lugar del orbe conocido. Somos intachables, incorruptibles, honestos e independientes. Jamás nos doblegaremos ante las imposiciones del poder. Jamás transigiremos. Jamás mentiremos. Jamás intentaremos jugar sucio. Con nosotros, la verdad va siempre por delante. Siempre, siempre. Suerte que tenemos de ser quienes somos.

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