Monticello
Víctor J. Vázquez
No es 1978, es 2011
La izquierda más a la izquierda se veía feliz con todo el verano y el otoño por delante para discutir sobre sus teorías de los espacios, confluencias, mareas, conjunciones, ocupaciones de nichos, debates instrumentales, transferencias de votos emocionales, racionales y medio pensionistas. ¡Qué les gusta manosear el concepto de espacio! Casi más que el relato y los escenarios. Hay que agradecerle a Sánchez que nos haya librado de una barrila tan larga. No seamos cicateros con el presidente. ¿Se imaginan cinco meses de negociaciones para integrar a Podemos en Sumar? Ahora todo es en diez días. Estamos asistiendo al final de un espectáculo nada edificante de la política actual, pero sí la mar de clarividente. Hay una pelea descarada por los chalecos salvavidas, que son los puestos de salida. Se tienen que unir o se despeñan. Nada hay que una más que el enemigo común, que en este caso es el riesgo cierto de tiesura. Yolanda Díaz, supuestamente la única locomotora del proyecto, no quiere a Irene Montero. Lógico.
El final de temporada de la ministra pesadilla ha sido de segundazo, dicho sea sin banalizar los efectos perversos de su gestión. Y dejar fuera a Belarra siendo secretaria general de Podemos sería lo nunca visto. Qué tiernos resultan, por cierto, los tuits del titular de la cátedra del enredo para defender a las dos ministras. Pablo es conmovedor cuando se pone paternalista. Tiene que tener un verdadero entripado que no tapa ninguna cornucopia verbal a la que es tan aficionado, ninguna teoría de esas de politólogo de guardia, ningún discurso de predicador de teletienda. Son meritorios los blablablá que se inventa para tapar el desplome, la pelea por los restos, la disputa por la plaza libre en el bote de emergencia cuando el barco se hunde. En estas últimas horas de espera vamos a tener que quitarle el agua y los alimentos a los señores de Podemos para que se decidan de una vez, como se hizo en el siglo XIII en el interminable cónclave que había de elegir sucesor de Clemente IV. Suele ocurrir que cuando se acaba el petróleo aparece la fumata blanca. Díaz, que es la mejor posicionada y la más lista de la pandilla, tiene que estar previendo la seria posibilidad de quedarse en la oposición, por lo que ha de medir bien la composición de ese grupo político.
Al menos todo lo estamos viviendo (sufriendo) en su versión reducida, sin escuelas de verano ni foros de domingo a mediodía con micros de solapa y taburetes. ¡Gracias, presidente Sánchez! Quedan horas para confluir todo lo que haya que confluir. Que suene Ione (no Belarra), que da mucha solemnidad a este tramo final de las negociaciones por la supervivencia.
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