Una subida de sueldo más que justificada

Espadas ya se subió el salario de alcalde un 33% en 2019 y acertó con la medida, como ahora hace el presidente andaluza

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El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno.

29 de diciembre 2023 - 04:00

El presupuesto de la Junta de Andalucía recién aprobado para 2024 es de 45.000 millones de euros. Ni que decir tiene que su gestión es una responsabilidad que no está pagada. Ni con los 71.667 euros anuales que ha cobrado hasta ahora el presidente andaluz, ni con los 87.333 anuales que cobrará a a partir del primero de enero. La política está muy mal pagada. Moreno acierta al subir los sueldos, como acertó Juan Espadas, hoy líder de la oposición andaluza, cuando aumentó un 33% su salario como alcalde de Sevilla en 2019. Y, por cierto, aumentó un 43% los emolumentos de los concejales de la oposición. El presidente de la Junta es ahora el sexto mejor pagado de España. Y mucho ha tardado el gobierno andaluz en tomar la decisión. Todavía se recuerda el retraso que acumuló Moreno cuando tenía que dar la lista de su nuevo gobierno. Recibió varios nones de profesionales que no estaban dispuestos a perder dinero al dejar sus trabajos en la empresa privada y, encima, someterse a una presión mediática y social más que considerables. Una cosa es ingresar en el mundo de la política por vocación de servicio público, lo que tal vez implica perder dinero a cambio del siempre gratificante poder de mejorar la sociedad, y otra muy distinta es que la responsabilidad que se asume no esté pagada. Y en España ha estado demasiado tiempo sin estarlo. Ciertos perfiles huyen de la política como gato del agua. Nos estamos quedando cada vez con más descaro con quienes la necesitan para sobrevivir. No hay servidores públicos, sino colocados. No hay vocación, sino necesidad. Aquel retraso en el comienzo de aquella comparecencia fue reveladora. El propio presidente –lo nunca visto– tuvo que reconocer las dificultades para encontrar consejeros. La experiencia, el conocimiento, la dedicación, la presión... Todo eso hay que pagarlo. O, al menos, que haya una compensación.

Espadas se equivocó cuando en 2015 prometió que ningún fichaje municipal cobraría más que el alcalde, por aquel entonces con un sueldo de 60.000 euros para dirigir una capital de casi 700.000 habitantes. Tuvo que subir los salarios a los cuatro años. Los propios políticos se han dado el tiro en el pie para generar titulares de austeridad hasta incurrir en el absurdo. Los abusos que se han cometido no pueden justificar sueldos muy por debajo de la responsabilidad que se supone que pagan. La demagogia es mala consejera. Y la incompetencia de muchos dirigentes no puede ser la excusa para mantener salarios muy bajos. Al final la víctima es el ciudadano. Los buenos no quieren dirigirnos, salvo excepciones. Moreno acierta. Como acertó Espadas en 2019. No tengan complejos en contar las decisiones con claridad.

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