La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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En abril de 2023 falleció a los 61 años Martín Cañuelo, exhibidor cordobés que contra viento de modas y marea de apetencias de solares logró mantener abiertos cuatro cines de verano a través de su empresa Splendor Cinema mientras todas las ciudades y pueblos los iban perdiendo. Era el empeño personal de un empresario que también era un cinéfilo, un investigador y un coleccionista que a veces ofrecía exposiciones de cartelería. Y con él era de temer que murieran sus cines de verano.
Afortunadamente no fue olvidado. Hay ciudades y ciudadanos que tienen memoria. En octubre de 2023, tras el primer verano sin cines en Córdoba, el Ayuntamiento junto a varias asociaciones vecinales y cinéfilas le hicieron un homenaje como “sincero reconocimiento a una persona que consiguió salvar un equipamiento cultural profundamente arraigado en nuestra ciudad como son los cines de verano”. Y la II la Semana del Cine en Córdoba, Cinema23, anunció que el Premio del Público pasaría a llamarse Premio del Público Martín Cañuelo “en honor al desaparecido exhibidor de los cines de verano del casco histórico”. Su viuda luchó para que no se perdiera el singular modelo popular/cinéfilo de estos cines de verano en los que, dijo, “convivían el cine de autor e independiente con el cine comercial y palomitero” (los más viejos diríamos “pipero”, de pipas de girasol o calabaza).
Afortunadamente hace unos días se anunciaba que el cine de verano más antiguo de España reabría sus puertas en Córdoba. Se trata del Coliseo San Andrés, uno de los cines que gestionaba Martín Cañuelo, inaugurado en 1935. El responsable es el empresario baenaense José María Casado, exhibidor e hijo de exhibidor en su Baena natal, donde gestiona otro cine de verano cargado de años. En la inauguración de la temporada de la sala, a la que asistió el alcalde de Córdoba, hubo justas palabras de recuerdo a Martín Cañuelo y de defensa de esta sala, no por más modesta, como lo fueron todos los cines de verano –hermosa modestia de cal, jazmines, damas de noche, cielo estrellado y alguna salamanquesa moviéndose por la pantalla–, menos histórica. “Córdoba no podía quedarse sin el cine de verano más antiguo de España”, dijo el nuevo empresario.
Cumpliéndose lo que escribió Wilde la vida ha imitado al arte y se ha hecho realidad Splendor, aquella hermosa película de Ettore Scola que tanto gustaba a Martín Cañuelo. Felicidades, Córdoba.
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