El sopor, uno de los daños colaterales

04 de agosto 2024 - 03:10

Siempre el verano se trae una suerte de días señalaítos en la Sevilla de siempre, esa Sevilla eterna tan cantada. Son los días previos al de la Virgen y en los que cobra relevancia la exposición de la Patrona en besamano. Colas largas de un personal que significa algo muy importante en el contexto de la población de una ciudad adormecida, más adormecida aún de lo habitual, por las calores de agosto. Recuerdo una escena de hace muchos años en que pude comprobar cómo del sopor no se libra nadie. Era domingo, como hoy, y junto a la Virgen el calonge Federico Estudillo provisto de pañuelo para limpiar la mano recién besada. Los fieles venían de babor y el cura estaba a estribor de la imagen, por lo que limpiaba no la mano recién besada sino la que le cogía más a mano. Y es que muy pocos se libran del sopor.

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