La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Sevilla/Era alcalde Alejadro Rojas-Marcos en una ciudad que sufría los primeros síntomas de la depresión posterior a la Exposición Universal, tras aquel período inversor nunca conocido y el ciclo de visitas de jefes de Estado, presidentes de Gobierno y miembros de la realeza al Salón Colón. La sevillana Charo Jiménez pidió una caseta de Feria con todo su entusiasmo. Era delegado de Fiestas Mayores el joven Jaime Bretón, al que le siguió en el cargo cinco años después el edil Adolfo Lama Cotelo, ya con Soledad Becerril como alcaldesa. Nunca le dieron la caseta. Un día le pidió ayuda a Lama, que le explicó que era muy difícil conseguirla, pero le regaló un cartel de seda con motivos feriales. “Un día la conseguirás ypondrás este cartel en tu caseta”.
A Soledad le siguieron los doce años de Monteseirín como alcalde con sus correspondientes delegados de Fiestas Mayores andalucistas y socialistas. Se reguló ya el proceso de adjudicación de las casetas. Pero nada, no llegó nunca la buena nueva con Alfredo. Tampoco con Zoido ni con Espadas. Esta entusiasta periodista recibió el otro día un correo electrónico del Ayuntamiento de Sevilla con el anuncio de un asunto de “sumo interés”. Al abrir el mensaje estaba una suerte de vellocino de oro. ¡Había logrado la caseta 28 años después de la primera solicitud! Estará nada menos que el número 175 de la calle Juan Belmonte bajo el nombre de Los atornillaos. Con su ejemplo ha dejado claro que en la vida todo es perseverar, tener paciencia, no perder la ilusión, insistir... y estar pendiente de los plazos, porque todavía recuerda cuando la solicitud se cumplimentaba en diciembre y pasó a efectuarse en noviembre.
Ahora sabe lo rápido que hay que organizarse para encontrar un montador y concertar un casetero. La logística y la ingeniería que conllevan el montaje de una caseta son dignas de ser explicadas. Por supuesto, aquel cartel de seda de don Adolfo Lama será enmarcado y debidamente colocado en esta caseta donde todo será nuevo y digno de reportaje en la Feria del reencuentro con la ciudad de las lonas, la luz, el jolgorio y la alegría. Casi tres décadas y ni un sólo año perdió la ilusión por tener ese espacio propio donde convivir durante una semana. Seis alcaldes, diferentes modelos de gobierno en la ciudad, una línea de Metro, el cambio de la peseta al euro, un Mundial y dos Eurocopas ganados por España, dos reyes, cinco presidentes del Gobierno de España, una crisis económica y otra sanitaria, la propia ampliación de la fiesta de sábado a sábado... Y nunca faltó la solicitud de esta atornillá a la ilusión. Hermosas historias de la Feria.
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