Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
El PSOE no es la primera organización que pierde la caseta en la Feria de Sevilla. Pero su caso es verdaderamente sonado. También la han perdido muy conocidos y reconocidos sevillanos, caso del compositor Manuel Garrido (1924-2018), que era nada menos que el autor de la letra de las Sevillanas del Adiós, las que están en el imaginario colectivo de generaciones de amantes de la Feria de esta ciudad. Se les pasó el plazo a los responsables de pagar las tasas y el gobierno de Monteseirín no hizo excepciones. Garrido se murió sin recuperar la caseta de su vida: Los Giraldillos. El colectivo sigue en la lista de espera desde hace 18 años, como más de una treintena de solicitantes por "pérdida de titularidad", entre los que aparecen, por cierto, las Hermandades del Trabajo.
Poco puede hacer el alcalde Sanz aunque tuviera la mejor voluntad de arreglar el entuerto. Están ya los focos encendidos. Para este año... y los siguientes. En la sede del PSOE de Luis Montoto suena la sevillana de los Romeros de La Puebla: "¿A dónde estaré Dios mío la próxima primavera?". Al margen del desenfado siempre recomendable y de la guasa inevitable, no se pueden extraer conclusiones políticas de un olvido que mandará a galeras al encargado de pagar las tasas. Al PSOE le ha ocurrido lo que a muchos sevillanos. Los más perjudicados son esos militantes del centenar de pueblos que aprovechaban esa gran caseta para echar el día en la Feria. Y, por supuesto, los vecinos de tantos barrios. Es un palo emocional para un partido todavía varado tras la pérdida de la Junta de Andalucía y con el recuerdo de la derrota en las municipales aún fresco. La caseta que perdimos, podría decirse a lo Romero Murube. Todo cuanto ocurre con las Fiestas Mayores es una gran caja de resonancia. Por eso una cosa es ni trivializar ni sublimar aspectos secundarios de la vida cotidiana de esta ciudad, y otra distinta no ser conscientes de que las sillas de Semana Santa y los palcos se contemplan en los testamentos y se pelea por ellos en los divorcios con el cuchillo en la boca. Con las Fiestas Mayores hemos topado, mi Juan (Espadas). El alcalde que alargó la Feria de sábado a sábado. Y también el secretario general del PSOE andaluz en cuyo mandato el partido pierde la gran caseta de cinco módulos. Porca miseria. Así se escribe la historia.
En cualquier caso no creemos que en la Moncloa importe mucho esta pérdida. Pedro Sánchez no tiene buenos recuerdos de una fiesta que ha visitado un par de veces y donde sufrió el frío polar de la otrora todopoderosa Susana Díaz, quien mandó que nadie lo recibiera. Nadie de la Junta, ni de Ayuntamiento, ni de la Diputación. Todo lo controlaba entonces el PSOE. Sólo Alfonso Rodríguez Gómez de Celis lo esperó en la portada y procuró un aparcamiento para su coche. Aquel primer paseo por la Feria lo dieron en soledad, aunque con el calor de muchos ciudadanos anónimos. Sánchez era solamente el secretario general del PSOE. Hoy preside el Gobierno, Susana vivaquea por las tertulias y los socialistas andaluces están sin techo en la Feria. Saluda al subir, te los encontrarás al bajar. Palabra de Francisco, pontífice.
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