Sevilla se merece un gobierno más serio

La aldaba

Alguien debería cortar la excesiva difusión de la política de melva, velás, festejos, efemérides de tabernas y varas en procesiones

Extraño silencio en el Alcázar

Las tragaderas de Sevilla

Vista panorámica del casco histórico
Vista panorámica del casco histórico / José Ángel García

23 de octubre 2024 - 04:00

Alguien debería decirle a quien corresponda en el Ayuntamiento que deje de fomentar el debate sobre la duración de la Feria. Por una cuestión de márquetin y decoro. La Feria es algo muy serio, recomendable y saludable, como alguna vez han expuesto diferentes psiquiatras que han equiparado esta fiesta a una suerte de días de terapia de la que se beneficia la ciudad como tal. Pero no se debe perder de vista que la gracieta tiene su hora, el chiste tiene su momento, la guasa tiene su ocasión y hasta para el zasca hay su oportunidad. No conviene fomentar una Feria que dura todo el año, que para eso tenemos ya el Año Santo de las procesiones extraordinarias con sus magnas, mínimas, intermedias, piratas, extraordinarias y ordinarias. Empezamos el mandato con la campaña a favor de los tanques de cerveza a la calle y no hemos terminado todavía con la barrila de la duración de la Feria. Alguien tiene que poner cordura en la ciudad. Escrito está que la vorágine de pasos en la calle en cualquier fecha del año debe terminar en 2025. El cura Marcelino debe poner un límite en sus charlas con los cofrades que piden, piden y no dejan de pedir. El señor Alés debe contribuir a reducir el debate sobre la Feria que dura todo el año y que sirve de chanza más allá de Despeñaperros.

Tenemos derecho a un gobierno de la ciudad que se haga respetar, que de verdad se esfuerce en elegir a los mejores para las parcelas de gestión de la ciudad, que vaya más allá de ejercer de Antoñitos procesiones con varas empuñadas, de aval oficial en las efemérides de los bares o de sonrisa populista en las velás de los barrios. Tenemos derecho a que se prestigie la Alcaldía, el Alcázar y las tenencias de Alcaldía. Los socialistas decían que Zoido era un delegado de Festejos, pero es que el alcalde actual no puede ni debe ser un delegado de distrito. Hay que estar y fomentar los debates de ciudad, hay que meter presión a la responsable de protocolo para que defienda alto y claro ante quien corresponda de la Casa Real y de la Cámara de Comercio que el alcalde de Sevilla toma la palabra en todos los actos del Real Alcázar, hay que procurar que la ciudad se concentre en las reivindicaciones sobre las infraestructuras, en que haya más taxis, más sombra, más pantanos, más policías locales, más parques... No podemos terminar octubre con otro episodio sobre la estúpida e innecesaria consulta de la Feria. Hay que elevar el nivel o corremos el riesgo de retornar a la fracasada política del montadito de melva. Sevilla merece un gobierno más serio. Cuestión aparte son las contrataciones de asesores. Por sus asesores los conoceréis. El gobierno local se sostiene de momento porque el PSOE está pinchado. Es su único asidero. Nadie lo dice porque la cruel Sevilla no avisa. Agrada, aplaude y después te echa. ¿Verdad, Juan Ignacio?

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