El Sevilla ante un cambio de estilo

Hablan las lenguas que todo lo ven que es tremendo cómo García Pimienta hace hincapié en salir con el balón jugado y con muchas dosis de cortita y al pie. Es su filosofía nacida en el corazón de La Masía y que extrapoló con éxito a un lugar donde también se comulga con esa filosofía. Desde los tiempos de Silva y la compaña, el juego de Las Palmas se caracterizó por asegurar el pase a fin de tener el balón más tiempo que el rival.

Era la Unión Deportiva Las Palmas el equipo idóneo para que recalase un predicador del tiquitaca, lo que no quiere decir que en todos sus destinos vaya a tener la compañía del éxito. Es una apuesta la del técnico catalán y es la que anda inculcando día a día en los potreros de la carretera de Utrera. Sesiones maratonianas con la idea de que se prohíbe rifar la pelota y quienes lo ven trabajar afirman que tiene raíces barcelonistas combinadas con cosas de Quique Setién.

Y en este estado de cosas quizás le haga falta para el buen fin de la empresa contar con más calidad de la que tiene este Sevilla de hoy. Calidad técnica desde el principio para que la pelota circule como pretende el jefe. Eso de asegurar el pase es algo que se asimila a base de repeticiones y por ahí anda haciendo hincapié García Pimienta. Sus antecedentes dan pie al optimismo, pero en su debe entra de lleno el mal fin de temporada que hizo con el equipo canario.

Por ejemplo, desde el núcleo central de la retaguardia era en el curso pasado Sergio el que solía ponerla en funcionamiento. (Por cierto, ¿alguien sabe qué será en el próximo curso de Sergio?). No cuenta el Sevilla con demasiado buen pie en la defensa, pero ya se sabe que a fuerza de repetir es posible hacerse amigo del balón. En esta pretemporada hablan las paredes de la Cisneros Palacios que las correcciones están al cabo de la calle, con lo que es posible que la cosa fluya.