Notas al margen
David Fernández
Los reyes del eufemismo
Sostiene Rabindranath Smith-Krishna, doctor en Economía Cósmica por la Overseas and Outer Space University sita en el Silicon Valley Citerior, de cuya sede virtual es rector magnífico, que es cosa de tres cuartos de hora mal contados hasta que el ser humano se apodere de toda el agua que pueda existir en el Sistema Solar y un poco más allá; que no será poca agua, y que será de una pureza infinita, y sin regusto alguno a cloro. Nuestra especie –dentro de ella, más unos que otros– será beneficiaria de un recurso cada vez más escaso en el Planeta Azul, y en tal empeño mostrará a nivel universal que el Hombre, la Mujer y los no binarios somos los elegidos de la Creación, porque, aunque no tengamos narices de multiplicar la combinación de dos moléculas de hidrógeno por cada una de oxígeno, sí estamos en condiciones de implementar la reedición de la conquista del Far West (Lejano Oeste), colonizando y explotando la humedad interplanetaria, un territorio de promisión líquida en la que no habrá, según asegura Smith-Krishna, marciano que se nos resista. Bastante tendrán los nuevos pioneros con arreglarse y repartirse el pastel, entre chinos, rusos y estadounidenses. Quién quiere alienígenas habiendo terrícolas emprendedores en los vastos mercados del Más Allá.
Cuando Carmina Heat, rutilante analista del Disruptive Herald del Estado groenlandés de la Unión, inquirió a Smith-Krishna sobre si no sería más eficaz y eficiente purificar las aguas del Planeta Tierra, y así apañarnos, en vez de ir a tocar gravitacionales bolas en el espacio exterior, el profesor hizo gala de su cuarterón de Bombay, meneó la cabeza a izquierda y la derecha, que es la forma en que los indios de la India contemporizan, y respondió: “Es necesario balancear los intereses de la Humanidad con los de sus corporaciones más innovadoras, y dejarse de gaitas ecológicas totalitarias, un afán enternecedor pero del todo desfasado: es el agua, estúpida, ¿se da usted cuen?”. “Pues visto así, admirado Rabindranath, ‘namasté’... y a por ellos, ¡quién dijo miedo!”. Fue así como Carmina Heat se blindó ante un chorreón de plutonio o un dronazo amarillo, y de paso consiguió el puesto de Dircom en la Overseas and Outer Space. Puso su primer huevo ejecutivo con el establecimiento como himno de la institución del Space Oddity de David Bowie: “Control de Tierra a Mayor Tom será nuestro lema”, proclamó Heat al tomar posesión. Dicho lo cual, se acercó al Dr. Smith-Krishna, cogió la botellita de agua del académico, se la bebió de un trago y exclamó, aliviada: “Estaba sequita”.
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