De Rotterdam a San Lorenzo

02 de febrero 2025 - 03:11

Qué une un santo del siglo XVI, un imaginero del XVII y un técnico de emergencias sanitarias del XX? En 2007 Kees Veelboder trasladaba en su ambulancia a un marinero. Al pasar junto al puerto quedó tan conmovido al ver la felicidad que experimentó, que tomó prestada una ambulancia de su empresa y le organizó una ruta por el puerto de Rotterdam para que se reencontrase con el mar. Así nació la Fundación Ambulancia del Deseo: “Escuchar una última vez el tic-tac del reloj de casa, ver el mar, o asistir a un concierto… Ayudamos a pacientes con un largo tiempo de encamamiento, una enfermedad importante o incurable que para realizar su deseo necesitan una ambulancia y un equipo sanitario”. En 2018 llegó a España y en 2023 a Andalucía y a Sevilla.

En 1539 San Juan de Dios comenzó la obra que daría lugar a un nuevo modelo asistencial del que nacería la Orden Hospitalaria. En 1574 llegaron los primeros hermanos a Sevilla, instalándose en el antiguo Hospital de la Paz de la actual calle Sagasta. En fidelidad al espíritu del fundador, se ha creado el Voluntariado del Hospital de San Juan de Dios para “satisfacer los deseos más profundos de las personas que, encontrándose hospitalizadas, pueden ver mejorado su bienestar emocional”.

En 1620 la Hermandad del Gran Poder encargó a Juan de Mesa la hechura del Señor y en 2018, en fidelidad a la exigencia del Señor, creó el voluntariado de los Cirineos que, entre otras actividades, está especialmente volcado en los Tres Barrios desde que el Señor residió allí.

Unidos la Ambulancia del Deseo, los voluntarios de San Juan de Dios y los Cirineos del Señor, se ha podido cumplir un deseo: recibir el consuelo y la fuerza que siempre, pero más en las situaciones más difíciles, da el Gran Poder.

Para no poner literatura sentimental, me remito al Instagram de San Juan de Dios: “Fran lleva largo tiempo hospitalizado en nuestro hospital. Una voluntaria, tras un largo rato de conversación y escucha, identificó su necesidad de visitar la Basílica del Gran Poder. Sin poder contener su emoción, ha cumplido su sueño”.

He aquí lo que une un santo del siglo XVI, un imaginero del XVII y un técnico de emergencias sanitarias del XX para que se cumpla el deseo de un devoto que, como dicen los voluntarios de San Juan de Dios, “siente una devoción al Gran Poder que se manifiesta cada día en sus rezos y oraciones”. Amor y bondad vencen tiempo y distancia.

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