Ninguno respeta a los jueces

06 de julio 2024 - 03:11

Acaban de firmar PSOE y PP un pacto para repartirse los veinte vocales del Poder Judicial y comprometerse a reformar los mecanismos de elección y el régimen de incompatibilidades. Vagamente: los dos partidos lo interpretan de modo diferente.

No es extraño, visto su comportamiento en los últimos años. Ninguno de los dos cree de verdad en la independencia de los jueces. Ninguno la respeta, digan lo digan. Si el Partido Popular respetara al Poder Judicial no habría estado más de cinco años boicoteando, con sucesivos pretextos, la renovación de su órgano de gobierno para eternizar a la mayoría conservadora que lo controlaba desde los tiempos de mayoría parlamentaria del propio PP. Ni estaría ahora demonizando al Tribunal Constitucional que en el ejercicio de sus deberes y competencias está sacando de prisión a los principales socialistas andaluces condenados por malversación en el escándalo de los ERE.

Si el PSOE respetara al Poder Judicial no habría clamado contra el Tribunal Supremo porque su Sala de lo Penal haya declarado no amnistiable el delito de malversación cometido por Puigdemont y sus compinches durante el procés y años anteriores y no habría dejado pasar el comentario del citado prófugo hablando de la Mafia con toga. Ni habría mangoneado al Constitucional, metiendo ex altos cargos socialistas en su interior y convirtiéndolo en una especie de alto tribunal de casación para, precisamente, contradecir al Supremo. Ni consideraría “gravísimo” un simple incidente procesal en la investigación abierta por un juez de instrucción contra la esposa del presidente Sánchez.

Unos y otros están ayudando a deslegitimar a la Justicia, contribuyendo a que los ciudadanos interioricen la especie de que hay jueces buenos y jueces malos según la ideología que tengan o el bando al que se adscriban o al que los adscriban y sometiendo a los jueces a los prejuicios derivados del frentismo y la polarización.

El mejor camino para la destrucción de la Justicia entendida como un poder independiente del Ejecutivo y del Legislativo puesto al servicio de los ciudadanos y garante de la Ley democrática es zarandear a los jueces, encajonarlos en la lucha política y pronunciarse sobre sus autos, diligencias y sentencias según gusten más o gusten menos. Es lo que hacen constantemente PP y PSOE, no sin proclamar el “máximo respeto” a la Justicia. Caraduras...

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