Un reparto con pros y muchos contras

21 de julio 2024 - 03:12

Como se esperaba, en el reparto de sedes para ese extraño Mundial que compartiremos con dos hermanos tan queridos como son Portugal y Marruecos, Sevilla será sede. Era lo lógico tras haberse constituido la Cartuja como lugar habitual para el equipo nacional y para la final de Copa. En ese reparto y con respecto al Mundial anterior, los damnificados son Nervión y Heliópolis, pero bien está lo que bien acaba, ergo...

Se han quedado fuera de cobertura Valencia y Vigo, pero ambas ausencias tienen su explicación. Valencia se ha dormido en los laureles orientales del actual mandarinato valencianista. Hace unos quince años y con ocasión de un desplazamiento con uno de los equipos sevillanos me llevaron a conocer las incipientes obras del nuevo Mestalla. El arranque de la obra fue vertiginoso, pero del arranque no pasó y el Valencia sigue jugando donde siempre.

No es lógico que la tercera ciudad del país se quede fuera del reparto, pero la cruda realidad ché es que se han dormido en unos laureles que futbolísticamente se han quedado obsoletos. La otra ciudad quejosa es Vigo, que, además, tiene un alcalde de la cuerda monclovita. Y en la capital de las Rías Bajas lo que más duele es que la de las Rías Altas sí haya recibido premio. Con la rivalidad existente entrambas, el cabreo de don Abel Caballero es absolutamente lógico.

Es indudablemente lógico, como lógico es que Galicia no haga doblete, con lo que el reparto efectuado ha de considerarse natural. Claro que lo que sí parece antinatural es que el Mundial se abra a tantos frentes. Demasiados desplazamientos en esa competición de 2030, infinidad de escenarios, que en España son once los recintos que acogerán partidos y, desde luego, lo que no tiene perdón es que Valencia se quede fuera de una fiesta que se presume fastuosa.

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