Reparto entre dos buenos equipos

Partidazo en Heliópolis para abrir boca y es que la colisión entre dos buenos equipos no podía dar otro resultado que el de la excelencia. Además, un justo reparto de puntos que les sabrá mejor a los catalanes que a los béticos. Se izaba el telón liguero con un buen espectáculo en el que las mejores oportunidades de gol vistieron de verdiblanco, pero es indudable que el Girona puso sobre la yerba argumentos suficientes para las tablas.

Muy pronto empezaron a pintar bien las cosas para el Betis y vino el premio en una jugada de pelota parada que Bartra cabeceó con furia a la red. Sólo iban cinco minutos y la noche no podía empezar mejor. Eran momentos de clara superioridad local, pero esa superioridad no duró mucho, ya que los rivales se adueñaron de la pelota. El balón era del Girona, pero se olisqueaba otro gol bético, ya que casi todo lo que olía a gol se desarrollaba en campo gerundense.

Pero ese mayor tiempo de posesión iba a pasarle factura a un Betis que sufre sin balón. Y especialmente la pareja Carvalho-Roca iba perdiéndole el pulso paulatinamente al juego. Sobre todo la falta de ritmo del portugués hizo del catalán una víctima propiciatoria. Avanzaba el partido, debería el Betis haber marcado por medio del generoso Ruibal, pero ese premio no lo obtenía la tropa de Pellegrini, quedaba un mundo y el gol de Bartra no parecía renta suficiente para tranquilizarse.

Tras el descanso cambió la decoración a favor de los catalanes, que encontraron lo que buscaban por medio de un joven holandés llamado Gabriel Misehouy y que hizo gol a los dos minutos de entrar. Se veía venir ese empate, sobre todo por la pérdida del centro del campo. Faltaba un cuarto de hora y en este tiempo pudo el Betis alcanzar la victoria en un chutazo de Chimy a la madera o de Rodri para lucimiento del arquero. No pudo ser, pero este Betis es digno de hacerse querer.