¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
El arte de renombrar un puente
óscar Puente tiene algo que alabar frente a otros compañeros de Gobierno: acepta ser entrevistado por medios y periodistas que son críticos con su partido y su presidente y denuncian lo que consideran denunciable. Solo por eso el ministro de Transportes merece respeto, aunque ha dado ejemplos sobrados de no respetar excesivamente a quienes no comparten sus ideas.
Le ha entrevistado Alsina y se ha despachado a gusto contra Isabel Díaz Ayuso, se ha inventado un argumentario propio para intentar demoler a la presidenta madrileña. Personaje maldito en Moncloa porque ha ido despachando uno a uno a los candidatos socialistas que se le han enfrentado en las urnas, donde ha despachado también a un Pablo Iglesias que se creía seguro sucesor de Sánchez en la Presidencia del Gobierno. Ahora es Óscar López el que difícilmente va a salir vencedor de la confrontación. Porque Ayuso es hueso difícil de roer y, también, porque el propio Sánchez ha echado un cable a la política del PP al encabezar una operación de acoso y derribo contra Juan Lobato, que tenía aceptación entre las bases socialistas madrileñas. Pero eso es lo que menos importa a Sánchez: él exige servilismo y Lobato no lo demostraba suficientemente.
Óscar Puente, en perfecta formación como el resto de sus compañeros socialistas, preparados todos ellos para acabar con Ayuso, ha dicho que la presidenta es una figura tóxica, y que algunas instituciones, como el Supremo, bailan al son que ella toca.
Más le habría valido al ministro no mencionar las instituciones que bailan al son del poder, porque si se hiciera una lista, ganaría de calle la que recogiera las instituciones que bailan al son de Pedro Sánchez. Instituciones que por su recalcitrante apoyo a Moncloa han perdido toda credibilidad, con lo que eso supone para el crédito de España.
Denuncia Óscar Puente que Ayuso conviva con un defraudador, y “olvida” que el presidente del Gobierno convive con una imputada. No es lo mismo, pero personalidades que han llegado a acuerdos de conformidad con Hacienda, con la obligación de admitir que han cometido fraude –sin esa condición no se negocia el acuerdo– se cuentan por miles. Entre ellas, Messi, Javier Bardem e Imanol Arias entre otros muchos otros conocidos del mundo del espectáculo y el deporte. No por ello se han visto crucificados por la opinión pública, se les siguen considerando importantes figuras. No pertenecen a la política, es cierto, pero tampoco el novio de Ayuso lo es.
La vara de medir se suele utilizar a conveniencia, pero es aconsejable que se haga con inteligencia. Puente cae en la tentación de considerar a Ayuso como una mujer que no piensa por sí misma, sino que es su jefe de gabinete “el que le escribe el guión”. Ejemplo, el de Puente, de machismo en estado puro.
Eso sí, hay que insistir en ello: tiene el valor de acudir a donde le invitan, no es de los que solo aceptan ser entrevistados por periodistas que baten palmas ante su presencia.
También te puede interesar
Lo último