Principios del año nuevo

02 de enero 2025 - 03:07

Suele arrancar el año nuevo cargado de buenos propósitos. Unos son físicos, como ir al gimnasio para adelgazar o controlar más las dietas. Y otros químicos, que tienen más que ver con nuestras reacciones y comportamientos personales. Sin embargo, en Sevilla se suele decir que la rutina del año nuevo no empieza realmente hasta que pasa el día 6 de enero, y se va el último camello de los Reyes Magos, y se apaga la última vela en el altar de quinario de Jesús del Gran Poder y el Señor de Pasión sube al altar mayor del Salvador para que comience su novena. Es decir, que hay seis días en los que el nuevo año está en el calendario, pero aún permanece como en un paréntesis, que forma parte de los ritos.

Sevilla es una ciudad de costumbres. Y se percibe claramente en estos días primeros del año. Sobre todo en la tarde del 5 de enero. Por las rondas, por la Macarena, y después por el centro, más tarde por Triana y Los Remedios avanza la Cabalgata de los Reyes Magos, que con tanto mimo preparan en el Ateneo. Cada año Manolo Sainz y su equipo afinan los detalles para que todo salga bien. Es un tópico recordar aquella frase de José Jesús García Díaz, al que llamaban Pepito Caramelos cuando fue presidente del Ateneo, y decía aquello de que la cabalgata “son los niños y los caramelos”. Hoy la Cabalgata es más de los niños que de los caramelos, que se recogen por inercia, y muchos van a los contenedores de la basura, o simplemente se guardan y nadie se come esos caramelos. Pero es un ritual que se debe mantener, pues lo contrario sería como si lloviera sin agua, algo imposible de imaginar.

Es tarde de niños alegres. Es tarde de niños con esperanza, que para ellos todos los años son de la Esperanza. La Cabalgata pasa cerca de todas las Esperanzas y tiene el gran poder de la magia, que es un derivado del Gran Poder de Dios. El verdadero Gran Poder sigue esa tarde del día 5 en su altar de quinario en la basílica, a la que acudirán algunos fieles con caramelos pegados en las suelas de los zapatos. Misterio muy sevillano, y quizás extravagante, pero que nos revela la verdad completa de la Epifanía. Ese Niño al que adoramos en Navidad ha crecido en el templo, y ya nos está anunciando la cercanía de su Pasión.

¿Cercanía? Seamos pacientes. Todavía faltan más de tres meses para el Domingo de Ramos, cuando las colas no se formarán para ver la cabalgata, sino en la plaza de San Lorenzo para besar al Señor. El beso al Niño se convertirá en beso al Hombre, pero siempre será un beso divino, que sale del corazón a las personas que siguen amando a su Señor todos los años nuevos.

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