PP y PSOE: silencios esclarecedores

11 de agosto 2024 - 03:09

El bajo perfil que ha adoptado el PP ante el acuerdo sobre la soberanía fiscal de Cataluña es tan llamativo como el del Gobierno y los dirigentes regionales socialistas, aunque el silencio de estos últimos se comprende mejor porque esconderse detrás la cortina del tiempo y del pasar de los días es una estrategia muy humana cuando lo único que se espera es el reproche. Pero, ¿y el PP? ¿Dónde está ese partido que, ante la ley de Amnistía, organizó manifestaciones en las plazas, iniciativas ante la Comisión Europea y denuncias de corrupción y de golpe de Estado? ¿Qué quedó del llamamiento de José María Aznar en modo de alzamiento nacional? Sólo algunos portavoces veraniegos, casi todos desconocidos, y un vídeo enlatado de Juan Bravo.

Y esto tiene dos explicaciones: o la convalecencia de Alberto Núñez Feijóo por desprendimiento de retina ha animado al resto del partido a seguirle en el agostamiento o, tal como creen algunos observadores catalanes, hay una sintonía subterránea con Junts para finiquitar la legislatura de Pedro Sánchez. Septiembre será el mes de las calles, el rechazo al concierto sí es transversal en la sociedad española.

En cualquier caso se agradece este bajo perfil, porque la ausencia del ruido mediático que imprimen los grandes partidos ha esclarecido el panorama y nos ha permitido escuchar y leer a otros actores sin intereses crematísticos, a estudiosos de la financiación autonómica, a partidarios civiles y a detractores laicos que de otro modo hubieran quedado ensombrecidos por la bronca y los argumentarios diarios de Génova y Ferraz.

Y la conclusión es que los únicos que defienden el concierto catalán son los entusiastas –muy pocos– de una España plurinacional, constitucionalmente, asentada en un Estado compuesto, formado por distintas naciones a la manera del antiguo imperio austrohúngaro o de la extinta Yugoslavia. Los más avezados, como Iván Redondo, anterior spin doctor de Pedro Sánchez, adelanta que la plurinacionalidad irá ligada al artículo 92 de la Constitución; esto es, a la convocatoria de un referéndum en Cataluña.

Ninguno de estos partidarios se atreve a defender el verdadero espíritu que mueve esta singularidad fiscal, que es la concentración de la riqueza allí donde se produce frente a la redistribución social que emana de la Constitución, y en este sentido es revelador que desde Comisiones Obreras, Izquierda Unida e, incluso, Sumar se hayan alzado voces en contra de este privilegio que incumbe a todas las comunidades y del que han sido orilladas.

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