PP y PSOE pactan a palos

30 de junio 2024 - 03:10

Ha sido simbólico que el PP y el PSOE hayan firmado el acuerdo para el Consejo General del Poder Judicial en Bruselas. No es casualidad. En Bruselas han obligado a pactar a Alberto Núñez Feijóo y a Pedro Sánchez. De mala gana, a palos, y tapándose la nariz. Con Félix Bolaños y Esteban González Pons poniendo caritas de circunstancias al darse la mano. Ese pacto es europeo. Forma parte del acuerdo entre el PP europeo y los socialistas europeos, que mantendrá en la presidencia europea a Ursula Von der Leyen y recuperará al dimitido socialista portugués Antonio Costa al frente del Consejo Europeo. Porque el PP y el PSOE hacen en Europa lo contrario que en España. Son socios, aunque parezca increíble.

Resulta lógico y natural que la extrema derecha, la extrema izquierda, así como los independentistas, estén protestando por el pacto del PP y el PSOE. Es buena señal. En este país nos hemos acostumbrado a que dos más uno sumen más que cuatro. Y a que un mindundi, que representa a menos del 1% de los españoles censados (según el resultado de las elecciones europeas), condicione la política nacional. Pero esa anomalía de que las minorías chantajean a las mayorías se debe sólo a la obcecación de Pedro Sánchez, que ha basado su permanencia en demonizar al PP. Lo que también ha provocado que el PP evite sus consensos de antaño con el PSOE. Esta vez ha sido diferente.

Es un acuerdo que ha dejado fuera a los extremistas y populistas de diverso pelaje que pululan por Europa, y que no son la mayoría, aunque alborotan. Porque la mayoría amplia está entre el centro derecha y el centro izquierda. Es decir, en la democracia cristiana, los liberales y la socialdemocracia, que son los que configuraron la Europa democrática posterior a la Segunda Guerra Mundial. Y también los que gobernaron en la España de la transición.

Entre el PP y el PSOE obtuvieron en las elecciones del 23 de julio del año pasado el 64,74% de los votos. Para los grandes asuntos de política interior y exterior, el consenso aporta una representación incontestable. Las mayorías son las que son. En Cataluña pasa algo semejante: los independentistas no tienen mayoría, pero la hostilidad y los vetos entre los partidos constitucionalistas puede hacer que la vuelvan a tener.

En Europa han presionado a Feijóo y Sánchez para que alcanzaran un acuerdo. Esa es la explicación de lo ocurrido. Un pacto que no es un cambio de rumbo, pero que no se debe limitar al reparto de los jueces.

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