La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los calentitos son economía productiva en Sevilla
Hoy, a las ocho de la mañana, comienza la venta de sillas para la procesión extraordinaria del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Que nadie se confunda. Esta vez no habrá largas colas en la Puerta Jerez, como es costumbre con las sillas y palcos de Semana Santa. Esta vez las colas se formarán en la plataforma digital Giglon, que ha sido la adjudicataria. Y no nos damos cuenta, pero lo que suceda con la venta de las sillas para la procesión del 8 de diciembre puede marcar un antes y un después en Sevilla. No significa que se adopte un sistema semejante para las sillas de la Semana Santa y el Corpus, pero nunca se sabe a dónde vamos a parar. Tampoco se sabía que podríamos solicitar las papeletas de sitio para salir de nazareno en la casa hermandad digital, y ya nos hemos acostumbrado.
Vender sillas en una plataforma para ver a la Virgen de los Reyes, Gran Poder, Setefilla, Valme, Consolación, Cachorro, Esperanza de Triana y Esperanza Macarena evitará un tumulto de colas en San Gregorio y Puerta Jerez. Y coloca en igualdad de oportunidades al sevillano rancio y a un turista inglés. Pues pudiera ocurrir que las sillas sean adquiridas antes desde Londres que desde la calle Feria, según la habilidad del usuario. Se supone que la gran mayoría serán sevillanos y andaluces de otras provincias. Pero lo van a intentar personas de otras regiones españolas y algunos extranjeros. El origen geográfico de los compradores de sillas en la plataforma digital será un detalle interesante.
Esta procesión no es una Magna, impropiamente dicha. Es una procesión que se organiza como cierre del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular en Sevilla. El congreso es internacional. Vienen congresistas extranjeros. Tienen derecho a entradas personales para las sillas y pueden adquirir tres más de pago para sus familiares o conocidos. En la plataforma, cada usuario puede obtener cuatro entradas de pago. La venta para el público en general es libre, sin reservas para los abonados de Semana Santa.
Los más rancios pueden pensar que resulta rarito vender las sillas para una procesión del mismo modo que para un recital de Aitana o Lola Índigo; pero no es eso exactamente, porque a través de esas plataformas se venden entradas para los más diversos eventos. Y facilita la opción de elegir la silla desde la propia plataforma.
Las cofradías salen con cirios en tiempos de las bombillas led, pero digitalizan todo lo digitalizable. Se suele decir que el secreto del éxito consiste en adaptarse a los tiempos manteniendo lo esencial.
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