Por los pies

12 de diciembre 2023 - 01:00

V VIVA la Libertad, carajo! De esto quería yo escribir pero Abascal me ha puesto delante de los ojos la imagen de cinco personas colgadas por los pies en una plaza de Milán el 28 de abril de 1945, las más conocidas eran Benito Mussolini, Il Duce, y su amante, Clara Petacci, fusilados ese día por partisanos italianos cuando huían de una Italia vencida y de un régimen político derrotado. La pregunta inmediata no puede ser otra que si en eso pensaba Abascal cuando afirmó que Pedro Sánchez sería “colgado por los pies” por “el pueblo”, como expresión inequívoca de un deseo. Invitado personal del nuevo presidente argentino, se reunió con el dirigente húngaro Orban, representante así mismo de la derecha extrema europea, poco amigo de la UE, a la que pertenece, Abascal soltó esa demasía, que sería utilizada inmediatamente por las baterías socialistas para endosarle a Feijóo su responsabilidad en el mantenimiento de gobiernos en alianza con Abascal, tan poco recomendable pues siembra odio entre los españoles y es enemigo jurado de las autonomías y de la Unión Europea. ¿Viva la Libertad, carajo? Da mucho miedo todo esto y podíamos redactar un informe de todas las barbaridades que se están diciendo los políticos españoles unos a otros. ¿Nos lo merecemos? Puede que nos hayamos equivocado votando, cada uno lo piense y determine, pero la inmensa mayoría somos buenos ciudadanos y pagamos todos los impuestos. ¿Entonces? El nacionalismo lo desquicia casi todo y nos enfrenta radicalmente, por eso se ha dicho en el pasado que “es la guerra”, el nacionalismo es la guerra. Y Puigdemont está detrás del gran malestar, del 60% de los españoles contrarios a la Ley de Amnistía, hecha exclusivamente por la necesidad de los siete votos de Puigdemont. Vemos los rostros híspidos de Turull, Nogueras, Brossa y otros, y sus gestos displicentes y altaneros, también oímos su desprecio y su odio a España y a los españoles en lo que van diciendo. Como si nos tuvieran de rodillas, humillados y vencidos. Para que Pedro Sánchez y su ecosistema de poder permanezca en La Moncloa. Es el contexto de la imagen del pueblo colgando por los pies a Pedro Sánchez, esa barbaridad de quien irá subiendo el volumen de las barbaridades hasta provocar una inevitable ruptura de los acuerdos con el Partido Popular, que no podrá mirar para otro sitio ni soportar contagio alguno con la formación de Abascal. Del espectáculo de ese presidente sobrevenido e insólito que grita ¡Viva la Libertad, carajo! para un país con 45% de pobres a nuestra vieja España sometida a la dosis cada vez mayor de violencia verbal e indignidad. Navidades tristes, me temo.

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