El perro flaco del PSOE andaluz

Susana Díaz pide pista y no la halla, mi Juan (Espadas) aguanta y en la Moncloa la clave es sobrevivir una noche más...

Nosotros nos extrañamos, Pedro

La vergüenza de un mitin en Andalucía

El senador Juan Espadas.
El senador Juan Espadas. / M. G.

14 de junio 2024 - 04:00

Alguien debería decirle a Susana Díaz aquello del rey Juan Carlos a Chávez: “¿Por qué no te callas?”. No es elegante hacer leña del árbol caído de mi Juan, que bastante tiene con sentir los temblores de la litera a cargo de los siempre adorables compañeros de partido. El PSOE andaluz es un perro flaco con pulgas que llevan nombre y apellidos. Los incautos se creen que en la sede de Ferraz están preocupadísimos por la situación de la formación en Andalucía. Tururú. Bastante tiene el líder con la imputación de su esposa, las negociaciones del gobierno catalán con los chantajes del tío que se fugó en el maletero, que gana en la chulería de las exigencias todo lo que pierde de fuelle en las urnas, y la larga previa, larguísima, que nos queda para la comparecencia de Begoña Gómez ante el juez de instrucción del 5 de julio. La sucesión de mi Juan (Espadas) no puede estar nunca en Susana Díaz, la presidenta que perdió San Telmo. “Contigo se nos jodió el Perú, Susana”, siguen pensando muchos socialistas. Nunca se le podrá discutir las energías que derrochó en ejercer el control orgánico, pero la fatiga de materiales que sufría el PSOE andaluz tras tantos años en el poder y la mala gestión en Sanidad (que aún perdura) la dejaron a ella como el rostro del fracaso, máxime después del intento de saltar al ruedo nacional. Hace bien Díaz en ser senadora y, sobre todo, en estar en tertulias de ámbito nacional donde hacerse oír. Los de la quinta del 74 tenemos que ganarnos la vida porque tenemos la jubilación lejos, muy lejos. Y más lejos que nos la pueden fijar porque ya me explicarán cómo se mantiene el sistema de pensiones. Sánchez no puede quitar ahora a Espadas porque supondría el reconocimiento de un tremendo error en el bastión del socialismo. Hay nombramientos que se los tiene uno que comer una temporada mínima.

El ciclo de mi Juan no se puede dar por terminado de cualquier forma, salvo que la chistera del sanchismo necesite el enésimo conejo y no le importe terminar de achicharrarl al dirigente andaluz. La legislatura es un caos, una montaña rusa, un Despeñaperros de la política. No se normalizará nunca. La fuerza de Puigdemont aumenta cuanto menos representación tiene en las instituciones, ironías del destino. El objetivo de Sánchez es ganar noches en la Moncloa, no la reconstrucción del PSOE andaluz. Es salvar los muebles, como el domingo, no el rearme ideológico del partido. Es aguantar, resistir y sobrevivir, porque mucha gente admira que aguante, resista y sobreviva. Con eso basta. Es guapo y habla inglés. Sánchez recuerda a aquel que le preguntaron si no estaba harto de dormir fuera de casa. “Yo con tal de no pagar la luz...”.

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