Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
En primavera florecen los campos y se multiplican los tiesos. Hay que tener mucho cuidado con las alergias que provocan las flores y con los enredos en los que te mete un tieso. En contra de lo que mucha gente cree, el tieso andaluz no es exclusivamente un tipo con escasos caudales que pretende vivir por encima de sus posibilidades, que también. El peor tieso lo es de mentalidad. Corto de miras, radicalmente desconfiado y con un sentido condenatorio de cualquier motivo de disfrute. Este modelo de tieso encajaría en el rodaje de El nombre de la rosa. La risa está prohibida. El tieso necesita de su particular concepto de orden para sentirse seguro y, por supuesto, aspira a que todos los demás asuman sus criterios. A este tipo de tiesos se les capta cuando uno insta de forma natural a pedir una segunda ronda de cañas de cerveza, una sugerencia que el tieso interpreta como una amenaza en toda regla dando nones y con cara de haber oído una locura. El tieso cree que el mundo entero quiere imponerle un carácter disfrutón que genera gastos, cuando es él quien pretende que los demás vivamos con la faz avinagrada.
Hay que alejarse de este tipo de tiesos que son infelices, tóxicos y casi igual de peligrosos que las personas tildadas de “encantadoras”. Hay que desconfiar cuando te hablan mal de alguien durante mucho tiempo tanto como cuando te dicen de alguien que es “encantador”. ¡Zape, zape con los encantadores! El segundo modelo de tieso es el típico de la primavera andaluza, el que está a la cuarta pregunta pero no se priva del escaparate de la romería cuando todavía no ha pagado el fiestorro de las bodas de plata y mantiene una lápida en el restaurante de postín. ¿Cómo se consigue eso? Con muy poca vergüenza y buscando cada mañana a una nueva víctima a la que engañar. Esta modalidad de tieso procura pagar en especie. Ora te presenta a alguien “de interés” (modalidad alta sociedad), ora cuenta las anécdotas y ocurrencias más divertidas (modalidad bufón), ora se presta a tener los botellines fresquitos (modalidad sector terciario). Es consciente de que no puede pagar el tren de vida que lleva, por lo que procura compensar de otra forma a los de su grupo para seguir formando parte del mismo. Este tieso necesita la bulla para que nadie advierta que nunca acude a pedir a la barra, pero siempre pone el catavino para que le rellenen. Y así pasan las horas...
Es importante reconocer pronto al tieso de mentalidad tanto como al tieso de cuenta bancaria con pretensiones. La primavera es la temporada alta. Ninguno de ellos son realmente encantadores. Las únicas encantadoras son las serpientes.
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