Pedro confiesa

11 de agosto 2024 - 03:09

No dio ninguna explicación Pedro Sánchez a sus compañeros de la ejecutiva federal del PSOE sobre el pacto al que había llegado con ERC a cambio de su voto a favor de Salvador Illa. Ningún detalle acerca del concierto fiscal que va a beneficiar a Cataluña y que tan desasosegados tiene a la mayoría de los barones socialistas. Por supuesto, con la fe del carbonero que se ha impuesto en el antes plural, vivo y debatiente Partido Socialista, los veinticinco miembros de la ejecutiva aceptaron el trágala. El propio Illa llamó a esos barones regionales inquietos y les pidió un voto de confianza sin poder explicarles tampoco qué va a suponer el pacto fiscal.

Por ahora se ha decretado el estado de silencio. No toca. Estamos en otra pantalla. La ignorancia en la que se mantiene al PSOE y al Gobierno mismo sólo se suple con un mantra a modo de letanía para borregos: el sistema de financiación singular y bilateral será al final beneficioso para todas las comunidades autónomas y supondrá un avance más hacia la España federal. Dos auténticas monsergas, porque los fondos del Estado para financiar las autonomías no son chicle inagotable sino tarta finita: si das más porción a un comensal, lo restas a los otros. Ineludiblemente. Y porque la federalización implica igualdad de los territorios y solidaridad entre ellos –como manda la Constitución por cierto–, no jerarquías y distintos poderes según la coyuntura política. La financiación singular propicia más bien una confederación de desiguales. Vamos, una reforma de la Constitución por la puerta trasera, sin seguir los procedimientos que el texto constitucional contempla. Y un pequeño detalle. ¿Con qué votos cuenta Pedro Sánchez para implantar el pacto fiscal de Cataluña? Tendría que reformar, como mínimo, la LOFCA (ley orgánica para la financiación de las comunidades autónomas). El Consejo de Política Fiscal y Financiera tiene mayoría del PP. También el Senado. En el Congreso no podrá contar con los votos de sus aliados Compromís, BNG y aragonesistas, y el sector IU de su socio Sumar y la parte lúcida y no mágica de Sumar ya han explicitado su rechazo. En pocas palabras, lo que ha prometido Sánchez a ERC no lo puede hacer legalmente.

Pedro le dio a su ejecutiva algo más potente: una confesión íntima. “Hay que saber qué es aquí lo importante y obviar lo que no lo es y lo más relevante es que Illa será presidente de Cataluña, y en eso es en lo que hay que centrarse ahora”. ¿Pero no era por la reconciliación, el final del proceso, la España plural y diversa? El fin justifica los medios. Maquiavelo en estado puro.

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